El papa Francisco, fallecido a los 88 años, marcó una época en la Iglesia católica al poner a los excluidos en el centro de su mensaje, sin llegar a modificar los dogmas tradicionales. Fue el primer pontífice latinoamericano y jesuita, elegido en 2013, y el primero no europeo en más de mil años. Su estilo directo, humilde y reformista lo hizo popular entre los fieles, aunque enfrentó resistencias dentro del Vaticano.
Nacido como Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires en 1936, creció en una familia modesta. A los 22 años se unió a la Compañía de Jesús, y en 1969 fue ordenado sacerdote. En 1992, Juan Pablo II lo nombró obispo auxiliar de Buenos Aires, y en 2013 fue elegido papa. Su elección estuvo rodeada de cierta polémica por su rol durante la dictadura argentina, aunque el Vaticano negó cualquier implicación negativa.
Como papa, adoptó el nombre de Francisco, inspirado en san Francisco de Asís, símbolo de humildad y cercanía a los pobres. Desde el inicio de su pontificado, expresó su deseo de una “Iglesia pobre para los pobres” y se enfocó en temas sociales como la justicia, la migración, la educación y el medio ambiente. Fue muy crítico del neoliberalismo, especialmente tras la crisis económica argentina de 2001.
Francisco sorprendió con gestos simbólicos de sencillez: pagaba sus cuentas, usaba ropa modesta, renunció a vivir en el palacio apostólico y visitaba a personas marginadas, incluyendo prisioneros y víctimas de abuso. Lavó los pies de reclusos durante su primera Semana Santa, lo que marcó un estilo pastoral cercano y empático.

Papa Francisco: Apertura al diálogo
En temas sociales, mostró apertura al diálogo: permitió la bendición de parejas del mismo sexo (fuera del rito litúrgico) y defendió el acompañamiento pastoral a divorciados vueltos a casar. Sin embargo, mantuvo firme la doctrina católica sobre el matrimonio, la homosexualidad y el aborto, este último comparándolo con “contratar a un asesino a sueldo”. Su postura le valió críticas tanto de sectores conservadores como progresistas.
Su compromiso con el medio ambiente fue notable. En 2015 publicó la encíclica *Laudato Si*, en la que apeló a la ciencia y al sentido moral para luchar contra el cambio climático. En 2023, lanzó *Laudate Deum*, donde alertó del colapso ambiental y urgió a abandonar los combustibles fósiles. También promovió el concepto de “pecado ecológico” y defendió la Amazonía en una exhortación apostólica.
Aunque sus últimos años estuvieron marcados por problemas de salud —incluyendo una operación de colon, dolencias en la rodilla y una neumonía—, siguió activo en la diplomacia. Facilitó el acercamiento entre Estados Unidos y Cuba, apoyó el proceso de paz en Colombia y firmó un acuerdo histórico con China sobre el nombramiento de obispos.
El papa Francisco será recordado como un líder cercano, valiente y humano, que intentó tender puentes dentro y fuera de la Iglesia.
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El cónclave, manual de instrucciones
Durante el cónclave, los 135 cardenales electores menores de 80 años se reunirán a puerta cerrada en la Capilla Sixtina para elegir al sucesor del papa Francisco, fallecido a los 88 años. La elección se rige por la constitución Universi Dominici Gregis, promulgada por Juan Pablo II en 1996. Al cierre de esta edición no hay fecha definida.
Los cardenales se alojan en la residencia de Santa Marta y participan en una misa solemne en San Pedro. Luego, vestidos con hábito coral, se dirigen en procesión a la Capilla Sixtina, donde juran sobre el Evangelio. Al grito de “extra omnes”, se cierran las puertas para evitar influencias externas.
Se sortean tres grupos de cardenales: escrutadores, infirmarii y revisores. Cada votante escribe el nombre de su candidato en una papeleta, con caligrafía irreconocible, la presenta con un juramento y la deposita en una urna. Se prohíbe votarse a uno mismo.
Los votos se cuentan con estricta supervisión. Si ningún candidato obtiene dos tercios, se repite la votación (hasta cuatro veces diarias). Las papeletas se queman tras cada ronda: el humo negro indica que no hay papa; el blanco, que sí lo hay.
El cardenal elegido debe aceptar la elección y elegir un nombre. Luego, se presenta ante el pueblo desde el balcón de San Pedro, y el cardenal protodiácono proclama: “Habemus Papam”, seguido de la bendición “urbi et orbi”.
La última morada
La Basílica de Santa María la Mayor, ubicada en el corazón de Roma, será la última morada del papa Francisco, según expresó en 2023. Rompiendo con la tradición de ser enterrado en la Basílica de San Pedro, Francisco eligió un pequeño recinto detrás de la escultura de la Virgen Reina de la Paz como su lugar de sepultura.
Construida en el siglo V por orden del papa Sixto III, esta basílica es una de las cuatro principales de Roma y contiene reliquias como fragmentos de la cuna del niño Jesús y un icono atribuido a San Lucas. Siete papas, incluido Clemente IX, han sido enterrados allí, además del escultor Bernini.
Francisco, devoto de la Virgen María, solía visitar el templo antes y después de sus viajes. La basílica conserva su diseño original, con una nave rodeada por 40 columnas jónicas y mosaicos excepcionales, y está oficialmente dentro del territorio del Vaticano.

Frases del papa Francisco
“¡Cómo me gustaría una iglesia pobre para los pobres!”.
“Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo?”.
“Las mujeres teólogas en la Iglesia son como las fresas en la torta, se necesitan más (…), ofrecen nuevos aportes a la reflexión teológica”.
“Yo también, cuando rezo, a veces me quedo dormido”.
“Algunos creen, perdonen la expresión, que para ser bueno y católico, tenemos que ser como conejos”.
Por: AFP / Agencias