Una de las difíciles lecciones que ha dejado la COVID-19 es que una pandemia no mengua sin dejar consecuencias. El reciente informe Children First, COVID’s Impact on Philadelphia Children: The Case for an Ambitious Rebound corrobora la huella de su impacto en uno de los sectores más vulnerables de la sociedad: los niños.
El documento revela como la crisis de salud generada por la pandemia ha afectado la estabilidad mental, la educación y la seguridad de niños y adolescentes. Se agrega a la dramática situación, ya de por sí muy preocupante, la prolongación de su marca en los años venideros.
Children First, responsable del informe, es una organización sin fines de lucro y no partidista que mejora la vida de los niños en los condados de Bucks, Chester, Delaware, Montgomery y Filadelfia mediante el desarrollo de iniciativas de salud, cuidado infantil, educación pública y estabilidad familiar.
Salud mental
Los datos sobre este aspecto muestran la profunda huella de la COVID-19 en la psique de los jóvenes. A nivel nacional, las visitas al departamento de emergencias relacionadas con la salud mental se dispararon un 31% para los adolescentes de 12 a 17 años de marzo de 2019 a marzo de 2021.
Las llamadas de menores de Filadelfia a la línea directa de suicidio a nivel estatal se incrementaron en un alarmante 257%. Los contactos telefónicos representaron una proporción 14 veces mayor que el aumento estatal de 2018 a 2020.
Aprendizaje
Los resultados obtenidos apuntan en este sector una significativa disminución en la calidad de la enseñanza por la implantación de la educación a distancia. En promedio, los estudiantes estadounidenses se retrasaron cinco meses en matemáticas y cuatro meses en lectura al final del año escolar 2020-21.
La evaluación de lectura de referencia del distrito muestra un descenso dramático en la competencia de los grados 2 a 5 desde el otoño de 2020 hasta el otoño de 2021.
También durante la pandemia hubo una masiva fuga de docentes afectados por los bajos salarios. Esta situación repercute en los cerca de 12.000 niños de Filadelfia debido a la escasez de profesores de educación infantil.
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Para septiembre de 2021, había aproximadamente 1.500 trabajadores de cuidado infantil menos en Filadelfia en comparación con el nivel anterior a la pandemia.
Ante este preocupante cuadro, el estudio de impacto recomienda acciones específicas que deberán incluir el apoyo comunitario unido a la implementación de políticas del gobierno que contemplen la creación de servicios de salud conductual más robustos en las escuelas.
Igualmente sugiere el rescate del crédito fiscal federal ampliado para el cuidado de niños y la inversión de fondos escolares que garantice la dotación de profesores y de recursos tecnológicos suficientes.
Hablan los especialistas
La Dra. Ala Stanford, directora regional del Departamento de Servicios Humanos de los Estados Unidos, señaló durante un panel donde se discutieron las conclusiones del informe que la coordinación es vital para atacar las crisis de salud. “Más que fondos, lo que se requiere es el trabajo coordinado entre el gobierno federal, la ciudad, el distrito escolar y las organizaciones sin ánimo de lucro. Debemos responsabilizarnos mutuamente”.
Igualmente, subrayó la importancia de disponer los recursos necesarios para garantizar una distribución equitativa en una crisis sanitaria similar. “Debemos evitar el desorden que se generó en marzo y abril de 2020”.
Por su parte, el Dr. Tony Watlington, Superintendente, Distrito Escolar de Filadelfia, quien también participó en el panel, sugirió atender el problema de la desigualdad en el acceso a los recursos de salud. “Tenemos que atender los problemas de equidad que esta pandemia ha puesto de manifiesto y que ya estaban presentes, pero que se han visto agravados”.