La oxitocina es clave para todo. Es muy reconocida como la hormona del amor, pero la realidad que es más que eso, es la encargada del parto y la lactancia materna, por ejemplo, también se involucra con muchos efectos en el comportamiento y la salud. En pocas palabras es una sustancia que se activa en el organismo cuando recibimos una muestra de confianza, y al aumentar, somos más generosos y atentos, según explicó la doctora Marían Rojas Estapé en su libro «Encuentra tu persona Vitamina».
La hormona está directamente relacionada con el placer y el afecto, ya que ayuda al cerebro a sentir cariño por las personas, permitiendo sentir hacia ellas lo que no sentimos hacia los desconocidos. Es una buena base para la empatía.
Asimismo, está relacionada con las relaciones sexuales. Desde el punto de vista biológico y como explica la doctora Estapé, en los hombres se encarga de la erección del pene y la eyaculación y en la mujer potencia la excitación, a la vez contrae el útero para acercar los espermatozoides hacia las Trompas de Falopio y facilitar así una posible concepción.
En estos momentos durante el acto sexual, «el organismo incrementa el número de glóbulos blancos en el torrente sanguíneo. Estos leucocitos están encargados de proteger al cuerpo contra los virus, las bacterias y los microorganismos dañinos».
Y pues, al alcanzar el orgasmo, los niveles de oxitocina aumentan considerablemente en los hombres, pero la mujer necesita niveles de oxitocina mucho más elevados, esta es la razón por la que les cuesta más llegar a ese grado de placer.
El enamoramiento
Un estudio de la Universidad de Bar-llan en Israel junto a científicos de la Universidad de Yale, descubrieron en 2012 que durante la etapa de enamoramiento y hasta seis meses después aproximadamente, las personas tienen niveles más elevado de oxitocina. Así que las parejas que tienen relaciones sexuales de manera frecuente, consolidad el amor y cariño. Bioquímicamente hablando, el cuerpo necesita de esas dosis de oxitocina y dopamina -que también interviene en el placer- para mantener el estado anímico individual fortalecer la relación entre los cónyuges.
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¿Qué le hace el amor al cerebro?
Lo primero es que notamos lo bien que nos sentimos. Esto es porque el cerebro libera unos neurotransmisores que mejoran nuestro estado de ánimo. El ritmo cardiaco se eleva, los niveles de oxitocina aumentan, los niveles de la hormona y el neurotransmisor llamado norepinefrina se disparan y se pierde la noción del tiempo; los niveles de adrenalina también aumentan, lo que dilata los capilares de mejillas y así las personas se sonrojan.
La neurocientífica Stephanie Cacioppo explicó al New York Times que «nuestros niveles de serotonina, una hormona clave para regular el apetito y los pensamientos ansiosos intrusivos, descienden. Por eso, cuando estamos enamorados, es posible que comamos de forma irregular o que nos obsesionemos con detalles pequeños, como preocuparnos por enviar “el mensaje de texto perfecto”, “decir las palabras perfectas” y luego andamos repasando el texto o la llamada telefónica una y otra vez en nuestra cabeza».