Agrupaciones civiles y proinmigrantes se movilizaron frente a la corte federal Wilkie D. Ferguson, en Miami, para rechazar la ley SB 4-C que criminaliza la migración irregular en Florida y ha sido calificada como una de las políticas más agresivas del país contra personas indocumentadas, impulsada por el gobernador Ron DeSantis.
La protesta, encabezada por organizaciones como la Coalición de Inmigrantes de Florida (FLIC) y la Asociación Campesina de Florida (FWAF), coincidió con una audiencia judicial en la que se acusó al fiscal general del estado, James Uthmeier, de desacato.
Activistas afirman que Uthmeier ignoró una orden judicial del 4 de abril que suspendía la aplicación de la SB 4-C y, pese a ello, instruyó a las fuerzas del orden a continuar realizando arrestos.
“Florida está tratando de hacer la vida imposible a los inmigrantes. Esta ley es parte de una agenda nacional que busca replicarse en otros estados”, advirtió Cody Wofsy, de la ACLU, según reseñaron medios locales.
La normativa, aprobada en febrero, permite a la policía estatal detener a cualquier migrante que haya ingresado de forma irregular al estado, incluso si no ha cometido ningún otro delito. Ya se han reportado al menos 15 arrestos, incluidos ciudadanos estadounidenses.
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El temor se extiende en comunidades con fuerte presencia migrante. “La gente tiene miedo de ir a trabajar o acudir a sus audiencias migratorias”, denunció Thomas Kennedy, de FLIC a medios locales.
En abril, ICE realizó más de 1.100 detenciones en una semana, marcando un récord en operativos estatales.