Gustavo Rízquez/El Sol Latino.- La Inteligencia Artificial (IA) tiene un gran potencial para ayudar al mundo. Asimismo la robótica ha mejorado de manera exponencial la calidad de vida del género humano. Sin embargo existe una amenaza que para António Guterres, secretario general de la ONU, fue menester asomarla en la LXXIII Asamblea que el organismo mundial realiza en Nueva York: El peligro de los robots asesinos.
El tema fue parte del discurso inaugural del alto funcionario, quien creyó oportuno dar la señal de alarma en el foro planetario, porque en sus sillas podrían estar hoy o en un futuro sentados, potenciales blancos de los grupos terroristas que echen mano a esta tecnología.
Como antecedente este mismo años el Instituto Future of Life, emitió un compromiso que condena el desarrollo de armas letales autónomas e hizo un llamado a los gobiernos para que lo eviten.
António Guterres desde la tribuna de la ONU encaró el difícil tema. “Digámoslo como es: la perspectiva de máquinas con el criterio y el poder para acabar con vidas humanas es moralmente repugnante”.
El funcionario enfatizó que “garantizar la paz y la seguridad” mientras la tecnología militar ofrece en el mercado estos “avances”, es una tarea cuesta arriba y un botón capaz de detonar de manera instantánea conflagraciones porque el terrorismo puede programar estas armas para “seleccionar y atacar objetivos” y diseñar operaciones en las que el robot dotado de IA decide.
Desde hace tiempo se conoce que la Organización de Naciones Unidas (ONU) trabaja con expertos para elaborar principios que regulen la actividad o en el mejor de los casos prohíba el uso de las armas letales autónomas.
En la Internet muchas son las empresas que han divulgado las habilidades de prototipos en el campo de batalla, en misiones de infiltración o en las llamadas “operaciones quirúrgicas”, en las que artefactos de grandes dimensiones o diseñados con nanotecnología, cumplen misiones letales de espectro militar.
Ya hay evidencias de drones que son capaces de operar de forma autónoma en el campo de batalla y de tomar sus propias decisiones sin instrucciones humanas.
Guterres avisó que reducir la supervisión humana de las armas complica los esfuerzos a la hora de gestionar amenazas, evitar escaladas y cumplir con las normas humanitarias.