Uno de los actos más radicales de protesta no violenta lo constituye la “huelga de hambre”. En este caso Jamal Johnson ha dicho que resistirá la inanición hasta que el alcalde Jim Kenney declare la violencia armada como una emergencia en toda la ciudad.
La decisión ha sido tomada por un trabajador postal jubilado de 63 años. Quiere poner en juego su vida para que las autoridades den la importancia Ejecutiva al problema de la violencia. Es un hombre veterano de la Marina de los Estados Unidos y con discapacidades.
Así lo describe el periodista Darryl C. Murphy, redactor de WHYY Philadelphia. De acuerdo al plan el sacrificio de Johnson será visto desde hoy en el lado norte del Ayuntamiento. Allí colocará una tienda de campaña. Está preparado para resistir todo lo que su cuerpo le permita consumiendo solo líquidos. Y allí aguardará. Él desea que el alcalde Jim Kenney dirija una resolución que declare a la violencia con armas de fuego como una emergencia en toda la ciudad.
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“Planeo quedarme allí tanto como pueda”, dijo Johnson. “Aguantar el tiempo y hacer que mi presencia en el Ayuntamiento sea conocida”.
Huelga de hambre
Jamal Johnson se ve a sí mismo como un instrumento al servicio de la comunidad donde vive. Quiere visibilizar el camino que otros muchos han descubierto. Con su sacrificio solamente busca que el Ejecutivo tome una decisión. Al parecer se ha sentido tan orillado frente a la inacción que vio en la huelga de hambre la salida.
Según lo acaecido en la ciudad, el Consejo de Filadelfia adoptó la resolución el pasado septiembre. Es un proyecto de ley presentado por el consejero Jamie Gauthier, y copatrocinado por 14 de sus pares. En él se esbozan varios pasos que el alcalde podría tomar para combatir el aumento de tiroteos que condujeron a 499 homicidios en 2020, según el Departamento de Policía de Filadelfia.
Las medidas incluyen una mejor coordinación y planificación entre los organismos pertinentes de la ciudad. Asimismo revisa el aprovechamiento de los recursos del sector privado. Examina el rol de la comunidad sin fines de lucro, las instituciones académicas y las organizaciones de atención de la salud. Además oteó la adecuación de la respuesta de la ciudad a la violencia con armas de fuego al nivel de respuesta a COVID-19.
A la espera de Jim Kenney
El alcalde aún no ha abordado formalmente la resolución. El instrumento tiene un abrumador apoyo del Consejo General. Los manifestantes que protestan frente a su casa ven en la resolución una salida. Y además existe una petición en línea con más de 450 firmas que le piden que tome la acción. Los activistas creen que Filadelfia lo necesita, ya que ha visto el mayor número de homicidios anuales en tres décadas.
Antes de la resolución, Gauthier escribió una carta al alcalde pidiendo la declaración.
“Hemos recibido la carta del consejero y la estamos considerando”, dijo Kenney en septiembre. “Abordar nuestra crisis original de salud pública de la violencia armada sigue siendo nuestra principal prioridad, por lo tanto todas las opciones siguen sobre la mesa.”
Eso fue hace cuatro meses, anotó el periodista Darryl C. Murphy de WYHH.
Johnson pasará hambre
El huelguista Jamal Johnson acudió a la huelga de hambre. “Ha llegado a un punto en el que parece que al alcalde no le importa… O simplemente ha levantado las manos porque no sabe qué hacer. Pero tiene algo en su escritorio que podría ayudar”, dijo Johnson. “No puedo entender, por mi vida, por qué no quiere abordarlo en absoluto”.
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El residente de Germantown no es ajeno a las demostraciones físicas. Como miembro de Stop Killing Us, una campaña que pide el fin de la violencia, camina anualmente a Washington, D.C., para protestar contra la violencia.
Con la huelga de hambre, Johnson espera aumentar la conciencia sobre la resolución.