Los casos de sarampión en el mundo se cuadruplicaron durante los tres primeros meses de este año, en relación al mismo periodo del año pasado, advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS), y añadió que en África el aumento fue de 700%.
“Al día de hoy, en 2019, 170 países han informado de 112.163 casos de sarampión a la OMS. El año pasado en la misma fecha, se habían contabilizado 28.124 casos de sarampión en 163 países. Esto representa un aumento de casi 300% a escala mundial”, indicó la agencia de la ONU en un comunicado tras precisar que se trata de cifras provisionales y todavía incompletas.
La OMS estima que menos de un caso de cada 10 es señalado en el mundo.
África es la región más afectada por el aumento de casos con un incremento de 700% en los tres primeros meses del año, seguida de Europa (+300%), el Mediterráneo oriental (+100%), América (+60%) y la región del sudeste de Asia/Pacífico occidental (+40%).
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Según la Unicef, 98 países reportaron un aumento en los casos de sarampión el año pasado. Casi tres cuartas partes de los casos detectados de la enfermedad se concentran en solo diez países.
El factor más importante del significativo aumento de las infecciones por sarampión, según funcionarios de la Organización Mundial de la Salud, es la pobreza ya que los sistemas médicos en muchos países continúan siendo demasiado débiles para vacunar a suficientes niños cada año y mantener a raya al virus.
Los “antivacunas”
Los activistas “antivacunas”, los rumores falsos y los errores graves de algunas empresas farmacéuticas que fabrican vacunas también han contribuido en conjunto al rebote mundial. El transporte aéreo y marítimo ha promovido la diseminación del virus, como en otros casos.
El sarampión es una de las enfermedades más contagiosas del mundo para la que no existe tratamiento curativo, pero sí que puede ser prevenida con dos dosis de vacuna “segura y eficaz”, según la OMS.
Esta enfermedad está resurgiendo en los países ricos debido a una desconfianza creciente contra las vacunas, y en los países pobres, por falta de acceso al tratamiento.
Los “antivacuna” se basan en una publicación de 1998 que vincula este tratamiento con el autismo, a pesar de que se ha comprobado que su autor, el británico Andrew Wakefield, había falseado los resultados y que múltiples estudios han demostrado que esta vacuna no aumenta el riesgo del autismo.
Las tasas más altas de la enfermedad, prevenible pero contagiosa, que puede matar a un niño o dejarlo ciego, sordo o con daño cerebral, se registraron en todas las regiones, dijo la agencia de las Naciones Unidas en un comunicado, solicitando una mejor cobertura de vacunación.
Nuevos brotes han afectado a la República Democrática del Congo, Etiopía, Georgia, Kazajstán, Kirguistán, Madagascar, Birmania, Filipinas, Sudán, Tailandia y Ucrania, “causando muchas muertes, principalmente entre niños pequeños”, dijo la OMS.
“En los últimos meses, también se han registrado picos en los casos en países con una alta cobertura general de vacunación, incluidos Estados Unidos, Israel, Tailandia y Túnez, ya que la enfermedad se ha diseminado rápidamente entre grupos de personas no vacunadas”, indicó la OMS en la declaración.
Autoridades federales de salud de Estados Unidos dijeron que el número de casos confirmados de sarampión en el país aumentó en casi un 20% en la semana que terminó el 11 de abril, el segundo peor brote del país en casi dos décadas.
Un movimiento cada vez más grande en Estados Unidos se opone a las vacunas contra el sarampión y rechazan la evidencia científica afirmando que los componentes de las dosis de inoculación pueden causar autismo u otros trastornos.
El aumento de la cobertura de vacunación maximiza la protección de la población, dijo la OMS.
En 2017, se registraron 110.000 muertes atribuidas al sarampión, según la OMS.
Según destaca el organismo dependiente de Naciones Unidas, Madagascar está experimentando una disminución general en los casos de sarampión y en las muertes producidas por la enfermedad luego de realizar campañas de vacunación de emergencia dirigidas a 7 millones de niños de 6 meses a 9 años de edad.
La enfermedad se manifiesta por una fiebre muy alta y luego un sarpullido. Es contagiosa cuatro días antes y cuatro días después de esta erupción.
A menudo benigna, puede presentar complicaciones graves, respiratorias (infecciones pulmonares) y neurológicas (encefalitis), sobre todo en personas frágiles.