En Estados Unidos, casi el 40 % de adultos entre 20 y 39 años vive con obesidad y esta cifra aumenta con la edad. Esta tendencia creciente afecta a millones de personas y está relacionada con otra enfermedad muy generalizada: la diabetes tipo 2. De hecho, las personas con obesidad tienen aproximadamente diez veces más probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2, una enfermedad crónica que puede provocar complicaciones graves si no se controla adecuadamente. Las complicaciones graves, como la insuficiencia renal, requieren diálisis o un trasplante de riñón. La pérdida de la sensación y la mala circulación pueden provocar llagas que pasan desapercibidas, infecciones y amputaciones. Pérdida de la visión, ceguera y coma diabético.
En las últimas décadas, tanto la obesidad como la diabetes tipo 2 han aumentado de forma alarmante. Se ha creado un nuevo término, «diabesidad», para describir esta peligrosa combinación. La «diabesidad» recalca la epidemia mundial de ambas condiciones, la diabetes mellitus tipo 2 y la obesidad. Lo más preocupante es que esta tendencia ahora afecta a personas más jóvenes, en parte debido al aumento de la obesidad infantil desde la década de 1980.
Los riesgos van más allá del azúcar en la sangre
La obesidad ocurre cuando la acumulación excesiva de grasa corporal supera los niveles saludables. El exceso de grasa corporal, especialmente alrededor del abdomen, puede causar resistencia a la insulina, una condición en la que el cuerpo no puede utilizar efectivamente la hormona insulina para convertir el azúcar (obtenido de los alimentos) en energía para las células. Con el tiempo, la resistencia a la insulina puede llevar a la prediabetes y, finalmente, diabetes tipo 2.
Cada una de estas condiciones, la obesidad y la diabetes tipo 2, supone por sí sola un grave riesgo para la salud. Sin embargo, juntas aumentan significativamente las posibilidades de desarrollar enfermedades cardíacas, insuficiencia renal, hipertensión arterial, problemas circulatorios, daños nerviosos, pérdida de la visión, infecciones que sanan de mala manera e incluso impotencia.
Incluso sin diabetes, la obesidad aumenta significativamente el riesgo de padecer una amplia gama de problemas de salud graves. Problemas de salud como dificultades respiratorias, artritis, reflujo gastroesofágico (GERD), derrames cerebrales, ciertos tipos de cáncer y problemas de salud mental como la depresión y la ansiedad. Esto disminuye su calidad de vida.
Cómo tomar control
Aunque estos retos son graves, existen medidas comprobadas para reducir el riesgo e incluso revertir los primeros signos de diabetes, lo que normalmente se conoce como prediabetes. Las estrategias más eficaces incluyen decisiones de alimentación más saludables, actividad física moderada y frecuente, pérdida de peso y apoyo de profesionales de atención médica que pueden proveer educación y orientación y ayudarle a mantenerse bien encaminado.
- Establezca objetivos realistas.
Perder incluso un 5% de su peso corporal total puede llevarlo a tener beneficios significativos para la salud. Hable con su doctor para crear un plan que incluya comidas balanceadas, control de las porciones y ejercicio diario.
- Busque su sistema de apoyo.
El ánimo de la familia, los amigos o un grupo de apoyo marca una gran diferencia. Muchos logran tener éxito gracias a programas estructurados que están diseñados para guiar a las personas paso a paso hacia cambios duraderos en su estilo de vida.
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Apoyo de Temple Health
Temple Health ofrece un Programa de Prevención y Educación sobre la Diabetes que ayuda a las personas a entender su riesgo y a actuar antes de que se desarrolle la diabetes. El programa combina asesoramiento personalizado, orientación nutricional y planificación de ejercicios para promover la salud y el bienestar a largo plazo.
Los participantes aprenden a realizar pequeños cambios sostenibles, como elegir alimentos más saludables, controlar el estrés y aumentar la actividad diaria, los cuales pueden reducir drásticamente el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
El programa forma parte del Departamento de Salud Poblacional de Temple, que se enfoca en ayudar a las personas de nuestra comunidad a llevar una vida más saludable a través de la educación y la prevención. Al empoderar a las personas a que tomen el control de su salud, Temple está marcando una diferencia real en la prevención de la diabetes y sus complicaciones.
La clave: prevención y apoyo
La «diabesidad» representa uno de los mayores retos de salud pública de nuestro tiempo, pero no es irreversible. Con orientación médica, hábitos saludables y programas comunitarios sólidos como los que ofrece Temple, es posible prevenir, controlar e incluso revertir los efectos de la obesidad y la diabetes.
Dar ese primer paso hacia una mejor salud puede no ser fácil, pero vale la pena. Con el apoyo de su equipo de atención médica y recursos como el Programa de Prevención y Educación sobre la Diabetes de Temple, cada pequeño cambio le acerca a un bienestar duradero.
Si reúne los requisitos de elegibilidad, Temple Health ofrece pruebas gratuitas y acceso a su Programa de Prevención y Educación sobre la Diabetes, una manera proactiva de aprender sobre su riesgo y tomar acción para prevenir la diabetes tipo 2. Programe una cita en una ubicación de su conveniencia hoy: llame a 800-TEMPLE-MED (800-836-7536).

































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