Una crítica severa contra el presidente Donald Trump surgió de Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía, quien acusó al Jefe de la Casa Blanca de llevar los asuntos comerciales de los Estados Unidos con el resto del mundo aplicando términos de la “ley de la jungla”.
“Trump quiere volver a la ley de la jungla: cuando hay un conflicto comercial entre dos países, lo ‘resuelven a puñetazos’ y gana el más fuerte”, denuncia Stiglitz, para quien eso puede generar un “régimen de comercio internacional que ejerza de sirviente para los intereses estadounidenses”.
En su opinión, el mandatario “no entiende dos cuestiones clave”: que los países no se unirían a un sistema que se aproveche de ellos, sino que se centrarían en los socios que los traten bien; y, por otra parte, que se pueden unir entre ellos “contra” quien tiene poder, en referencia a China y Europa frente a Estados Unidos.
“Trump se equivoca al culpar a la globalización, ya sea por reglas comerciales injustas o inmigrantes no deseados, de los males del país, pero los defensores de la globalización también se equivocan” al argumentar que ésta no ha influido en el drama de la población y culpar solo a la tecnología.
El premio Nobel de Economía trazó su crítica en el marco de un nuevo libro que revisa la “mala gestión” que EE.UU. ha hecho de la globalización, discute que los acuerdos comerciales fueran injustos para este país y acusa al presidente Trump de pendenciero.
CNBC publicó una columna firmada por Stiglitz que es un extracto de “People, Power and Profits: Progressive Capitalism for an Age of Discontent” (Gente, poder y beneficios: capitalismo progresista para la era del malestar), en la que el economista ahonda en los problemas de la globalización.
Stiglitz señala que las críticas actuales a la globalización, de las que se hace eco Trump, le atribuyen el drama de una clase media con sus ingresos menguados o las negociaciones que han generado acuerdos comerciales “injustos” para EE.UU., mientras que los contrarios al proteccionismo culpan de ello al progreso tecnológico.
“Durante más de 20 años he criticado la manera en que se ha gestionado la globalización, pero desde un ángulo completamente diferente”, resuelve el también execonomista jefe del Banco Mundial, que se dio cuenta ocupando ese cargo de que las reglas del juego global estaban sesgadas en favor de los más fuertes.
Los acuerdos comerciales, negociados generalmente a finales del siglo XX, eran “injustos: en beneficio de Estados Unidos y Europa, y en detrimento de los países en desarrollo”, sostiene el nobel, quien los resume en que “promueven intereses corporativos a costa de los trabajadores de los países desarrollados y países en desarrollo”.
“Nosotros, como país, no hicimos lo que debíamos para ayudar a los trabajadores a quienes perjudicaba la globalización. Podíamos haber asegurado que la globalización beneficiaba a todos, pero la avaricia corporativa era simplemente demasiado grande”, reconoce el reputado economista, profesor en la Universidad de Columbia.
No obstante, descarta que sus ideas sobre la globalización lo acerquen al presidente Donald Trump y se desmarca de él defendiendo la “importancia del estado de derecho, de un sistema basado en la legalidad para gobernar el comercio internacional” frente a la “ley de la jungla” por la que, dice, apuesta el mandatario.
Stiglitz pone también el “peso de la culpa” sobre los ciudadanos por haber “gestionado mal las consecuencias de la globalización y el progreso tecnológico”, y concluye que “necesitamos mejores reglas internacionales, y más justas” pero, sobre todo “EE.UU. necesita una mejor gestión de los cambios” que traen ambos fenómenos.