Los discursos de Donald Trump que acusan la orquestación de un fraude electoral, al parecer no todos los republicanos los respaldan. Una añeja institución como el Grand Old Party, no está de forma monolítica apoyando las acusaciones del Presidente.
El partido conservador está dividido. Ofrece una clara señal de arrepentimiento. No solo por la posibilidad de entregar el poder, sino por haber dejado que el Presidente los controlara. En el marco de los no alineados destaca un legislador de la era George W. Bush.
Karl Rove, quien fue parte de la guerra judicial por los votos de Florida en el 2000, dio un comentario muy interesante. Señaló que un fraude implicando cientos de miles de boletas en varios estados “requeriría un complot digno de una película de James Bond”.
No todos los republicanos apoyan
El tema fue escudriñado por Ivan Couronne, periodista de la Agencia AFP. El corresponsal compiló una colección de declaraciones republicanas en contra de Trump. También algunas que lo favorecen, pero en su mayoría son un tanto tibias.
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En líneas generales se puede decir que no todos los republicanos están con Donald Trump. Menos a la hora de atacar al Sistema Electoral. Y es un asunto de principios, porque colocar en dudas a las instituciones es el paso inicial para el resquebrajamiento de la democracia.
Todas las naciones neototalitarias han pasado a tomar el control institucional destruyendo sus instituciones. Un caso cercano es el venezolano, país muy criticado por el propio Trump, sin embargo sus reacciones se asemejan a la historia caraqueña.
Los progresistas desde luego no permitirán que nada malo le pase a la institucionalidad. Condenan la “peligrosa” estrategia de desinformación del presidente. Él está cada vez más cerca de perder la Casa Blanca ante el demócrata Joe Biden.
Algunos ejemplos de la AFP
Uno de los primeros en demostrar que no todos los republicanos están de acuerdo con el discurso de fraude de Trump, fue el senador Pat Toomey. Él pertenece a la Cámara Alta en representación de Pensilvania.
“El discurso del presidente anoche me molestó mucho porque hizo acusaciones muy, muy serias sin ninguna evidencia que las sustente. “No tengo conocimiento de ningún fraude importante”.
En Twitter, el congresista de Texas Will Hurd, denunció una táctica “peligrosa y equivocada”. Pidió que se contaran todas las boletas.
“DEJEN de difundir desinformación sin sustento… Esto se está volviendo una locura”, tuiteó su colega Adam Kinzinger, un crítico habitual de Trump.
“Contar cada voto es el corazón de la democracia. Ese proceso suele ser largo y, para los que se postulan, frustrante”, dijo Mitt Romney en una declaración igualmente desaprobadora. “Los votos se contarán. Si se alegan irregularidades, se investigarán y, en última instancia, se resolverán en los tribunales”.
¿Y quienes respaldan al neoyorquino?
Es evidente que no todos los republicanos, pero quienes sí lo hicieron explicaron sus motivaciones. El senador Lindsey Graham lo apoyo en nombre de una deuda de gratitud. “Estoy aquí esta noche para apoyar al presidente Trump como él me apoyó a mí”, dijo, reelegido el martes tras una difícil campaña en Carolina del Sur.
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Ted Cruz fue más iracundo: “Puedo decirles que el presidente está enojado. Yo estoy enojado, y los votantes deberían estar enojados”, dijo al presentador Sean Hannity, que conduce uno de los programas favoritos de Trump en Fox News.
La Agencia AFP precisó que la mayoría de los funcionarios electos republicanos optaron por mantenerse al margen. La postura fue no alinearse expresamente con Trump, pese a que seguirá siendo el presidente al menos hasta el 20 de enero. Y lo que es peor en base a su “personalidad”: podría mantener una influencia considerable en el partido incluso si pierde.