Una acción militar estadounidense en Venezuela para defenestrar al régimen de Nicolás Maduro requeriría de la aprobación del Congreso, una decisión que a la fecha no tiene un pacto estructurado entre demócratas y republicanos.
La tesis es parte de un abordaje editorial que sobre el tema de Venezuela realizó la cadena de televisión National Broadcasting Company (NBC), que aseguró que el uso de la disuasión bélica a través del uso de fuerza militar sobre la presidencia de Maduro está frenado por un veto demócrata.
Durante un trabajo periodístico exhibido la noche del miércoles, la NBC explicó con el uso de opiniones aportada por senadores y asesores del Congreso que están a cargo de “crear un pacto” para activar la opción militar sobre el régimen de Maduro, que la iniciativa de apoyo a Guaidó difícilmente se llegará a presentar por la exigencia de los negociadores demócratas de que prohíba explícitamente el empleo de la fuerza militar.
Curiosamente frente al tema venezolano legisladores demócratas y republicanos tienen un alto nivel de encuentro y empatía, solo que la intervención militar, que señaló el presidente Trump como “una opción”, está bloqueada por los demócratas.
Las fuentes abordadas por la NBC indicaron que el senador republicano Marco Rubio no está dispuesto a aceptar que el texto rechace una intervención militar.
El congresista por el estado de Florida de ascendencia cubana es muy influyente en la estrategia del Gobierno de Donald Trump de reconocimiento a Guaidó como mandatario legítimo de Venezuela en lugar del actual gobernante, Nicolás Maduro.
Según NBC para Marco Rubio la intervención es una opción que debería estar disponible, debido a que él sostiene que prohibir el uso de la fuerza bélica es algo “problemático” puesto que EE.UU. ya tiene a diplomáticos y “otro” personal sobre el terreno.
El demócrata Bob Menéndez, el de mayor rango en el Comité de Asuntos Exteriores del Senado, por su parte sostiene que la resolución no debería servir como un aval a una eventual invasión de Venezuela.
Pese a este desencuentro, la decisión de Trump de reconocer a Guaidó presidente legítimo de Venezuela ha generado un consenso poco habitual entre demócratas y republicanos en el Congreso de EE.UU. en asuntos de política exterior.
Desde el pasado 5 de enero Guiadó es el presidente de la Asamblea venezolana con mayoría opositora. Dos semanas después, precisamente el 23 de enero, se autoproclamó presidente “encargado” de Venezuela, trece días después de que Maduro asumiese su segundo mandato.
Estados Unidos fue el primer país del mundo en reconocer como presidente a Guaidó, al que también han apoyado varios países de América Latina, 22 de los 28 miembros de la Unión Europea (UE).
Desde entonces, Trump ha insistido en que “todas las opciones”, incluida la militar, “están sobre la mesa” para derrocar a Maduro y entregar el poder al hasta hace poco diputado de la agrupación política opositora conocida como Voluntad Popular (VP).