La muerte a causa del coronavirus del médico a quien la Policía china reprendió por haber sido el primero en alertar de la nueva neumonía, desató un aluvión de reacciones entre la población, muchas de ellas críticas con las autoridades por su actitud hacia el médico y ante una crisis que empeora y que ha matado a más de 630 personas.
La epidemia dio un giro político este viernes 7 de febrero con la muerte de Li Wenliang, médico oftalmólogo de 33 años, residente en Wuhan que había alertado a finales de diciembre de 2019 sobre la aparición del virus en la capital de la provincia de Hubei. En ese momento la policía lo acusó de difundir rumores junto con otras siete personas.
Ahora Li Wenliang es un héroe nacional frente a los funcionarios locales acusados de haber ocultado la aparición de la epidemia. “Es un héroe que dio la alarma y lo pagó con su vida”, escribe uno de sus colegas de Wuhan en la red en línea Weibo.
“Que todos estos funcionarios que se enriquecen con dinero público mueran bajo la nieve”, afirmó un internauta, en un comentario borrado de inmediato por los censores.
El doctor Li, de solo 34 años, falleció en el hospital central de la ciudad, aislada del mundo desde el 23 de enero al igual que sus 11 millones de habitantes. El oftalmólogo contrajo la enfermedad tratando a un paciente.
Su muerte ilustra la situación caótica de los hospitales de Wuhan que están saturados. Un alto funcionario provincial reconoció el jueves 6 de febrero que el personal médico no daba abasto y carecía de equipos para protegerse del virus.
Medios públicos como la televisión nacional CCTV y el diario Global Times anunciaron la muerte del médico, pero luego eliminaron la información de las redes sociales. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reaccionó ante el fallecimiento, sin esperar la confirmación del hospital y expresando su tristeza.
Li se convierte en la primera víctima mortal del coronavirus con nombre, apellido y rostro que ha dado la vuelta al mundo de entre las al menos 636 que se han producido en la China continental hasta la fecha.
La indignación corría sin freno por las redes sociales chinas y millones de mensajes con imágenes de velas e informaciones relativas a su muerte recordaban al doctor Li.