Han pasado tres años de aquel 25 de mayo, cuando un policía asfixió con su rodilla a George Floyd, un hombre afroestadounidense quien había sido detenido, esposado y sometido en el piso con el elemento policial sobre su cuello.
La esquina de Minneapolis en donde el hombre de 46 años perdió la vida rememora su historia, pues fue nombrada la Plaza George Floyd. De esta manera, la comunidad se niega a enterrar en el olvido todo lo que se desató a raíz de este abuso de las fuerzas policiales.
Una de las primeras reacciones fueron las nutridas protestas en todo el mundo que salieron a denunciar el racismo bajo la consigna “Black Lives Matter”, o las vidas de los negros importan.
Así, la tía de Floyd, Angela Harrelson, consideró que el cambio más notable fue y es el reconocimiento internacional del “racismo sistémico”, lo que permite que el tema forme parte de la discusión pública, acercándose cada vez más al reconocimiento y respeto de las diferencias entre grupos sociales.

“Después de su muerte, el mundo entero cambió. Y la cuestión era si querías o no formar parte del cambio. Pero hay muchas cosas que cambiaron. Las leyes de Minnesota sobre las inmovilizaciones en el cuello fueron abolidas, prohibidas… y la gente siempre pregunta: “¿Crees que está mejorando?” Sí, en Minneapolis hubo seis policías condenados en tres años, uno de ellos una mujer blanca, y eso nunca habría ocurrido”, declaró Harrelson.
Y aunque los policías relacionados fueron procesados y en marzo de este año, Minneapolis anunció que reformará la policía, algunos continúan luchando, pues consideran que aún hay muchas cosas qué cambiar.
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La justicia de Minnesota condenó a Chauvin por asesinato en abril de 2021 y lo sentenció a 22 años y medio de prisión. Los otros dos agentes que sujetaron a Floyd, Thomas Lane y J. Alexander Kueng, se declararon culpables de homicidio involuntario en segundo grado.
Con información de AFP