El arzobispo anglicano Desmond Tutu, un símbolo de la lucha contra el apartheid en Sudáfrica, galardonado con el Premio Nobel de la Paz, murió este domingo 26 de diciembre a sus 90 años en Ciudad del Cabo, desatando una ola de tributos para homenajear a uno de los últimos íconos de esta generación.
“El fallecimiento del arzobispo emérito Desmond Tutu es otro capítulo de duelo para nuestra nación que despide a una generación de sudafricanos excepcionales que nos legaron un país liberado”, afirmó el presidente de Sudáfrica Cyril Ramaphosa en un comunicado.
El mandatario expresó “en nombre de todos los sudafricanos”, su “profunda tristeza tras la muerte” de esta figura esencial de la historia sudafricana, después del fallecimiento en noviembre de Frederik de Klerk, el último presidente blanco del país.
“Un hombre de extraordinaria inteligencia, integridad e invencibilidad contra las fuerzas del apartheid, también era tierno y vulnerable en su compasión por aquellos que habían sufrido la opresión, la injusticia y la violencia bajo el apartheid, y por los oprimidos y los opresores de todo el mundo”, recordó Ramaphosa.
Por su parte del ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama, recuerda al fallecido Desmond Tutu como un mentor, una “brújula moral”.
Tras la llegada de la democracia en 1994, y la elección de su amigo Nelson Mandela como Presidente, Desmond Tutu, que dio a Sudáfrica el apelativo de “Nación del Arcoíris”, presidió la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR), creada con la esperanza de que pasara la página del odio racial.
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El primer ministro británico, Boris Johnson, expresó su “profunda tristeza” por la muerte de Tutu, de quien elogió su “liderazgo intelectual”.
I am deeply saddened to hear of the death of Archbishop Desmond Tutu.
He was a critical figure in the fight against apartheid and in the struggle to create a new South Africa – and will be remembered for his spiritual leadership and irrepressible good humour.
— Boris Johnson (@BorisJohnson) December 26, 2021
“Fue una figura clave en la lucha contra el apartheid y en la lucha por crear una nueva Sudáfrica. Lo recordaremos por su liderazgo espiritual y su incontenible buen humor”, escribió Johnson en Twitter.
El “Arch”, diminutivo de arzobispo en inglés, estaba debilitado por un cáncer de próstata diagnosticado en 1997 y ya no hablaba en público, pero nunca olvidaba saludar a las cámaras presentes en sus apariciones.
Murió apaciblemente a las 7:00 de la mañana (hora local) en Ciudad del Cabo, según varias personas de su círculo más cercano interrogados por la AFP.
Con su imborrable sonrisa o con una mirada pícara detrás de la mascarilla seguía cautivando las miradas, ya fuera cuando acudió a vacunarse contra la COVID-19 o cuando asistió a una ceremonia religiosa para celebrar sus 90 años.
En su antigua parroquia, la Catedral de St George, se organizó una plegaria en su memoria y delante de su casa comenzaron a congregarse personas con flores, informaron periodistas de la AFP presentes.
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Desmond Tutu adquirió su notoriedad en las horas más oscuras del apartheid cuando, como líder religioso, encabezó marchas pacíficas contra la segregación y para abogar por sanciones contra el régimen de supremacía blanca de Pretoria.
A diferencia de otros militantes de su época, sus hábitos lo salvaron de ser encarcelado y su lucha pacífica fue reconocida con el Premio Nobel de la Paz en 1984.
Fiel a sus compromisos, fue un duro crítico de los sucesivos gobiernos del Congreso Nacional Africano (ANC) que combatieron el apartheid, y fustigó al expresidente Thabo Mbeki, pero también señaló la corrupción o las fallas en la lucha contra el sida.
En todos los ámbitos criticó el ‘status quo’ en temas como la raza, los derechos de los homosexuales o incluso dio su apoyo al movimiento en favor de la muerte asistida.
Tras su muerte deja una viuda, su mujer conocida como “Mama Leah”, y cuatro hijos.
Por: AFP