Al menos 52 reclusos fueron asesinados el lunes en un motín carcelario en la localidad de Altamira, en el estado brasileño de Pará (norte), informaron las autoridades locales quienes precisaron que 16 de los fallecidos fueron decapitados.
“Fue un enfrentamiento entre bandas rivales. Dos guardias fueron tomados como rehenes, pero ya fueron liberados”, dijo un portavoz de la Superintendencia de Prisiones de Pará.
Según la Superintendencia del Sistema Penitenciario de Pará (Susipe), la rebelión comenzó a las 7:00 de la mañana cuando convictos del bloque A, donde se encuentran recluidos los miembros de una organización criminal, invadieron el anexo donde se encuentran los reclusos de un grupo criminal rival.
En pleno enfrentamiento las autoridades penitenciarias bloquearon el anexo cerrándolo con llave, entonces los prisioneros en represalia le prendieron fuego al pabellón completo.
Rebelião deixa 52 mortos no presídio de Altamira, sudoeste do Paráhttps://t.co/9d5eIInGFG pic.twitter.com/kEQe98dM4P
— F5 Cariri (@f5cariri) July 29, 2019
El humo invadió el edificio y causó la muerte de varios prisioneros por asfixia. “Tenemos 52 muertos, entre ellos 16 decapitados. Todavía hace mucho calor dentro de la prisión y estamos trabajando para remover los cuerpos”, indicó el secretario de Susipe, Jarbas Vasconcelos Carmo.
La Fuerza de Tareas de la Policía Militar acudió al lugar de los hechos al igual que funcionarios de la Justicia de Altamira, Ministerio Público y de la Policía Civil quienes participaron en las negociaciones para la liberación de los rehenes.
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El suceso, que suma una nueva masacre en las cárceles brasileñas, se prolongó por más de cinco horas. “La unidad es vieja y alberga a dos facciones criminales (conocidos como Comando Vermelho y Comando Clase A). No teníamos un informe de nuestra inteligencia que proporcionara un posible ataque de esta magnitud”, explicó Vasconcelos Carmo.
La Superintendencia señaló que actualmente la prisión de Altamira alberga a 372 reclusos y tiene capacidad para 208 reos.