La pasión de César Ávila por la música es tan marcada como su acento venezolano, ese que no ha perdido a pesar de emigrar hace siete años a Estados Unidos en busca de una mejor calidad de vida y para aprovechar propuestas musicales.
Mejor conocido como Moroquito Ávila, lleva más de una década en el ambiente musical como percusionista. Desde muy pequeño comenzó a mostrar interés por la música, ya que, su padre, Julio Ávila, es músico del género venezolano gaita.
La carrera de Moroquito comenzó a los 13 años al formar parte de la agrupación gaitera “Pajarito Vola Show”, y a los 15 años dio paso al mundo de la salsa con la orquesta “Chiky Salsa”, del maestro Porfi Baloa.
Al pasar los años, siendo ya todo un profesional, tuvo la oportunidad de tocar con agrupaciones venezolanas como la Orquesta Sarao, Magia Caribeña, Orquesta Son 12, Orquesta los Satélites de Venezuela, Patatín Orquesta, Orquesta Yarabana, Los Gaiteros del Abusadorcito, Orquesta 8 Son Los Que Son, Los Panas de Venezuela, entre otras.
Moroquito Ávila, quien ha tocado en Philadelphia con la Orquesta del Barrio, entre otras agrupaciones y músicos como el venezolano Alex Moreno, no solo ha dedicado su carrera a interpretar, ejecutar, producir y hacer música, sino también a replicar su aprendizaje en nuevos talentos.
El Sol Latino Newspaper tuvo la oportunidad de conversar con Moroquito para conocer un poco más de sus inicios, de su sentir venezolano, y sobre cómo fue comenzar de nuevo en un país con otro idioma y otra cultura.
¿Dónde naciste y hace cuánto llegaste a Estados Unidos?
Nací en Caracas, Venezuela. En ocasiones anteriores había visitado Estados Unidos, pero decidí quedarme en 2017 para darle una mejor calidad de vida a mi hija y para aprovechar algunas propuestas musicales como formar parte de una orquesta.
Al llegar al país me establecí en Georgia, y en el 2019, me mudé a Philadelphia para hacer una vida aquí, ya que la ciudad está cerca de New York y New Jersey, y tenía amigos que me podían ayudar musicalmente.

¿Cuándo comenzaste a sentir interés por la música?
Desde muy pequeño. Yo pertenecí a la banda de la escuela cuando tenía 9 años, y, además, porque mi papá es músico de un género en Venezuela llamado gaita. Yo lo acompañaba a los ensayos cada vez que podía y cuando había presentaciones cuando me podía llevar me iba con él.
¿Cómo fue comenzar desde cero en Philadelphia?
Fue un poco tedioso porque tuve que comenzar desde cero en plena pandemia, y mis compañeros músicos no estaban aquí, unos estaban en Atlanta y otros en Florida, New Jersey y New York. Entonces, por eso me costó un poco comenzar. Poco a poco me fui dando a conocer, y toqué con un pianista que se llama Denis Guevara, que gracias a él pude meterme en el ambiente musical en Philadelphia.
¿Qué experiencias positivas te ha dejado la música en Philadelphia?
Aquí he tenido muy buenas experiencias. He conocido a mucha gente, gente que me ha apoyado. La ciudad tiene su encanto y mucho talento musical.