A la fecha y desde abril de 2017 cuando la Cámara de Diputados de México aprobó el uso medicinal y científico de la marihuana, solamente 9 personas han sido aprobadas y 180 rechazadas después de analizar 530 solicitudes.
Con este panorama como marco, el 31 de octubre la Suprema Corte de México estableció jurisprudencia para el consumo recreativo de marihuana y sobre ese pilar legal descansará la alternativa para pacientes que requieran de cannabis medicinal para tratar enfermedades como la epilepsia.
Las cosas en materia de uso de cannabis no son muy transparentes en México. Las alcabalas legislativas junto a las normativas colocan murallas para impedir que una industria farmacéutica basada en tetrahidrocannabinol se expanda.
Recientemente la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios de México (Cofepris), dictaminó que la comercialización de productos elaborados con marihuana, únicamente se realizará con fines terapéuticos y científicos. Sin embargo, Cofepris ha asegurado que autorizará a solicitantes de amparos consumir personalmente marihuana, sin que eso les permita comercializar ni utilizar otros estupefacientes o psicotrópicos.
De acuerdo al Reporte Mundial sobre Drogas de la ONU, México es el segundo productor de cannabis sativa del mundo. Y la tierra azteca no solamente tiene oficio en la siembra y exportación de “mota”, sino que es un país consumidor.
Estos datos colocan una atmósfera ambivalente frente a los recientes anuncios donde la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios dio a conocer algunos de los lineamientos en materia de control del cannabis y derivados, en los cuales solo se autorizarán las investigaciones a aquellas instituciones o personas registradas en un Inventario Nacional de Investigación en Materia de Cannabis.
Julio Sánchez Tépoz, titular de la Cofepris, en conferencia de prensa ha dicho que el inventario registrará “a personas físicas, instituciones privadas y públicas para que realicen actividades de investigación con fines médicos sobre esta hierba y sus derivados farmacológicos”.
Quienes deseen esta autorización para realizar la siembra, cultivo y cosecha, también deberán contar con la opinión favorable del Comité de Moléculas Nuevas de la Cofepris. Asimismo deberán presentar una solicitud formal ante la Secretaría de Salud de México.
La complejidad que el aparato institucional mexicano está colocando frente a las posibilidades de la explotación legal de la marihuana ribetes “capciosos” en el panorama. Existe un dato que mueve a los terrenos de la sospecha, proveniente de la organización Semáforo Delictivo Nacional, que estima en 6 mil millones de dólares el precio del mercado de una marihuana regularizada en México.
En el proceso de adición burocrática, Sánchez Tépoz añadió, que “los interesados deberán contar con licencia sanitaria para la fabricación de estupefacientes o psicotrópicos, certificado de buenas prácticas de fabricación y otros requisitos que determine la Secretaría de Salud.
Gustavo Rízquez.