La noche del miércoles fue declarado en Portland un motín que dejó al menos 10 arrestos en manifestaciones.
Portland, en la costa noroeste de Estados Unidos, ha sido escenario de continuas protestas desde el verano boreal.
La gobernadora Kate Brown había declarado el estado de alerta para la noche electoral del martes, una medida que luego extendió en medio de temores de enfrentamientos violentos ante el reñido escrutinio en la lucha por la presidencia.

El último pulso entre autoridades y manifestantes se produjo la noche del miércoles después de que un puñado de manifestantes se apartaran de las protestas organizadas por grupos contrarios al presidente Donald Trump y rompieran escaparates de tiendas.
Un hombre que aparentemente había lanzado un cóctel molotov estaba entre los arrestados.
«La concentración masiva en el centro de Portland todavía se considera un motín. Salga del área ahora», publicó la oficina del sheriff en la noche.
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Portland ha sido escenario durante meses de enfrentamientos entre la policía y manifestantes que protestaban por los asesinatos de afrodescendientes a manos de la policía en Estados Unidos.
«Queremos a Trump fuera», dijo uno de los líderes de esa protesta a la multitud entre fuertes aplausos.
Varios de los manifestantes portaban armas de fuego, como rifles. Y una de las pancartas contra el racismo y el antiimperialismo de la marcha contenía la imagen de un rifle de asalto y la consigna «No queremos a Biden. Queremos venganza».
Anteriormente, una decena de protestas para mostrar el rechazo al presidente y candidato electoral Donald Trump habían sido convocadas en Nueva York para el miércoles.