El magistrado sandinista de la Corte Suprema de Justicia, Rafael Solís, presentó su renuncia “irrevocable” en una dura carta en la que acusa al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo de imponer “un estado de terror” en el país centroamericano.
Por primera vez el gobierno de Ortega es acusado por un alto cargo de establecer un “Estado de terror” al permitir el uso de armamento de guerra contra manifestantes.
Solís formaba parte de los aliados más importantes de Ortega en el Poder Judicial y se le considera responsable del fallo judicial que posibilitó la primera reelección del presidente Daniel Ortega en 2012.
Su dimisión es extensiva a “todos los cargos políticos incluida la militancia en el FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional)” y es la más significativa que se ha producido en el país centroamericano desde el inicio de la ola de protestas y que desató una crisis política que afecta al país desde hace casi nueve meses.
Un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos la acción de las fuerzas represivas ha dejado al menos 325 personas muertas, más de 2000 heridas, 550 detenidas y enjuiciadas. El gobierno de Ortega solo ha reconocido 198 víctimas fatales.
Los cuestionamientos expresados por Solis califican de monárquico y dictatorial al gobierno que una vez apoyara el hoy exsandinista.
“Han sembrado el miedo en nuestro país y ya no existe derecho alguno que se respete con las consecuencias inevitables de la instalación y consolidación al menos de una dictadura con caracteres de monarquía absoluta“, dice la carta difundida por la plataforma digital Nicaragua Investiga.
Solis niega en la misiva la versión oficialista de un golpe de Estado, argumento que ha usado el gobierno para justificar sus acciones represivas.
“Pero no hubo tal golpe de Estado, ni agresión externa, sino un uso irracional de la fuerza y ustedes se empeñan en continuar haciendo mal las cosas hasta llevar al país a una guerra civil de la cual yo no quiero ser partícipe”, continúa la misiva.
Muchos sandinistas dudaron a través de las redes sociales la veracidad del texto, pero Solís, quien se cree se encuentra en el extranjero, le confirmó su autenticidad por vía telefónica al diario La Prensa y el portal Artículo 66.
Por: José Espinoza