Luka Modric, un centrocampista con mucho oficio, dotado con la capacidad de anticipar las redes nodales que en el engramado se tejen para marcar un gol, ganó el Balón de Oro, un premio a la consagración futbolística que entrega FIFA bajo la autoría de la revista “France Football” desde 1956.
El año 2018 ha sido generoso con el croata de 33 años, quien ya puede exhibir en su vitrina un trofeo más que se suma al The Best de la FIFA y mejor jugador de la UEFA.
Con el reconocimiento obtenido, Modric da por finalizada la tiranía del binomio Messi- Ronaldo, quienes a partes iguales se habían apoderado entre ambos de 10 distinciones de alto nivel de forma consecutiva.
Este año ha sido un sueño para el europeo, porque conformó la oncena que fue finalista del Mundial de Rusia con Croacia, donde fue elegido el mejor jugador del torneo.
Modric había ganado antes la Liga de Campeones con el Real Madrid, la tercera consecutiva con el conjunto blanco.
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Durante su intervención, el nacido frente a las costas del Mar Adriático agradeció el premio a sus compañeros en el Real Madrid y de la selección, a sus entrenadores y a su familia.
Modric consideró “un honor” ganar el premio tras diez triunfos consecutivos de “dos inmensos jugadores” como Messi y Ronaldo.
“Cuando eres niño tienes sueños y los míos eran ganar títulos. Este Balón de Oro es todo lo que yo podía soñar”, dijo el madridista, que superó en la clasificación a su antiguo compañero en el Real Madrid, Cristiano Ronaldo, y al francés del Atlético de Madrid Antoine Griezmann, tercero por segunda vez en su carrera. Messi ocupó la quinta casilla.
“Algo extraordinario he tenido que hacer en este 2018, el año de todos mis sueños”.
El aplomado deportista señaló que para él la clave del éxito es “el trabajo, la persistencia y creer en uno mismo”.
“Ser el mejor nunca es fácil. Para mí no lo ha sido. He tenido que aprovechar las ocasiones”, indicó el futbolista.