Los autos personalizados que son bajos y que se pueden apreciar por la calle a una velocidad lenta, mejor conocidos como “lowriders”, han sido parte de la cultura latina/ chicana desde la década de 1940. Pero en California, circular en estos vehículos modificados era algo ilegal, hasta este año.
Los “lowriders” del estado de California celebraron la derogación de las leyes que los mantenían alejados de Whittier Boulevard, un icónico destino para conductores en el este de la ciudad de Los Ángeles.
Al ser legalizados, debajo del arco de Whittier Blvd, en el este de Los Ángeles, varios clubes de automóviles se reunieron para quitar un letrero de “No Cruising”. Querían un evento formal más grande con representantes de la ciudad, pero no lo lograron.
Lorraine Quiñones, quien forma parte de la Alianza Lowrider de California, la Alianza Lowrider de Los Ángeles y creadora de la organización sin fines de lucro Cruising is Not A Crime, expresó que fue genial estar de vuelta en Whittier Boulevard y estar tranquilos en el área del este de la ciudad.

Los clubes estuvieron durante todo un día en el este de la ciudad. Cientos de autos engalanados subían y bajaban por la calle, mientras los espectadores apreciaban desde las aceras los vehículos con diferentes transformaciones y colores.
Una ley contra los “lowriders” que ya era obsoleta
El Proyecto de Ley de la Asamblea (AB) 436, de autoría conjunta de los asambleístas Luz Rivas y David Álvarez, y promulgado por el gobernador Gavin Newson, entró oficialmente en vigor a principios de este año en California.
El proyecto eliminó la autorización para hacer cumplir las ordenanzas que prohibía lo que llamaban “cruising”, rectificando una ley en los libros desde la década de 1980 que muchos creían que ya era obsoleta y discriminatoria.
La práctica de crear “lowriders”, a partir de modificar vehículos clásicos al bajar la suspensión y, a veces, añadir sistemas hidráulicos, ha sido parte de la cultura automovilística de California desde los años cuarenta.
No obstante, en las décadas siguientes, las ciudades y los condados impusieron prohibiciones que estereotiparon a este tipo de autos asociándolos con la delincuencia y las pandillas.
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Durante mucho tiempo, las leyes, descritas por quienes participan en esta actividad como discriminatorias, evitaban que circularan estos autos sin temor a recibir citatorios o ser remolcados.
Enraizado en la cultura
Los autos “lowrider” han sido descritos como una forma de hacer arte, como murales móviles de intrincado diseño que hacen desfilar la cultura latina/ chicana por toda la ciudad.

Denise Sandoval Ph.D., profesora de Estudios Chicanos en la Universidad Estatal de California, Northridge, describió en el libro “The Politics of Low and Slow”, que los “lowriders” o “cruising” están profundamente arraigados en la cultura latina/chicana del sur del estado, y que la criminalización de esta comunidad se inició después de disturbios registrados en Los Ángeles en 1992.
A partir del 1 de enero de este 2024, las ordenanzas locales dirigidas a los “lowriders” ya no se pueden aplicar. Ahora pueden circular con una sensación de alivio y tranquilidad.