Laura Abisambra es una mujer cuya historia atraviesa fronteras, culturas y luchas. Ha construido su identidad y liderazgo dejando en alto sus raíces, trabajando en el mundo del fútbol internacional y destacándose como una activista política y social influyente dentro de la comunidad colombiana y latina.
Abisambra nació en Santa Marta, Colombia, fue criada en Venezuela, y actualmente vive en Estados Unidos. “No crecí en Santa Marta, pero me considero más colombiana que mucha gente que no ha salido de Colombia”, expresó con orgullo, en una entrevista realizada por Latinas Life Style.
Laura forma parte de una generación de colombianos que emigraron siendo niños, como consecuencia de la violencia que marcó a Colombia a finales de los años 80 y principios de los 90. “Salimos muy pequeños por la violencia. Nos fuimos a Venezuela, que en ese momento era un paraíso”.
Pero el destino quiso que su camino continuara en otro país. En 1999, llegó con su familia a Estados Unidos buscando estabilidad y oportunidades. “Tuvimos la fortuna de venir juntos como familia. Las condiciones eran diferentes, y con el tiempo, fue lo mejor que nos pudo pasar”.
Esa experiencia, marcada por la migración forzada y el inicio de una nueva vida en el extranjero, definió su visión del mundo, su sentido de pertenencia con sus raíces latinas y su compromiso con las causas sociales.
Del mercadeo a otro escenario completamente distinto
Abisambra estudió Negocios y Mercadeo, pero en su trabajo actual se desarrolla en un escenario completamente distinto, pero sin duda enriquecedor. Trabaja en el cuerpo jurídico de la FIFA, en el área disciplinaria.
“No soy abogada, pero realizo funciones que forman parte del trabajo legal. Me encargo de abrir casos disciplinarios relacionados con partidos, eliminatorias, mundiales o disputas por transferencias de jugadores. Es algo nuevo para mí, pero me encanta. Estoy feliz y aprendo mucho”.
Ese entusiasmo no oculta otra faceta que la define: su activismo político. Abisambra reconoció que muchas personas la identifican más por su rol como activista social y político que por su trabajo en el deporte, algo que para ella también conlleva a una gran responsabilidad.
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“Es un deber moral, sobre todo porque lo tengo impregnado en mi ADN”, enfatizó Abisambra, quien, sin un cargo político ni público, y sin estar detrás de intereses, está convencida de que la voz es suficiente para hacer poco o mucho, pero sirve para hacer algo.
Su faceta como activista política y social, la ha llevado a trabajar estrechamente con líderes políticos, en especial con el expresidente Álvaro Uribe. “He viajado con él, he organizado eventos, y tengo una comunicación casi diaria. A veces sirvo como vínculo entre él y otras personas. Esa cercanía me permite llevar la voz de la comunidad a espacios donde puede ser escuchada”.
“Haber nacido en Colombia es la herencia más grande”

Abisambra lleva sus raíces colombianas con orgullo, ese que no solo siente ella por su país, sino que también le transmite a diario a sus hijos. “Yo creo que el ser colombiana es un superpoder. Siempre nos hace destacar con otras nacionalidades, otras mujeres, otras personas. Haber nacido en Colombia es la herencia más grande que mis padres me han podido dar. Mis hijos, a pesar de que han vivido aquí la mayor parte del tiempo, han estado familiarizados con la cultura. No hay excusas para no cultivarla”.
Entre los muchos desafíos que ha enfrentado, uno ha sido el más complejo y a la vez el más enriquecedor: criar a sus tres hijos siendo madre divorciada. Aunque su expareja está presente en la vida de los niños, ha buscado el equilibrio, como muchas mujeres inmigrantes, entre el ser mamá y el cumplir con responsabilidades laborales.
“Para mí ha sido el reto más grande. Me he pulido, como digo yo, sobre el fuego como los diamantes. Es de lo que más orgullosa me siento en la vida”.
Un consejo para quienes están por emigrar
Consciente del camino recorrido, Abisambra envió un mensaje claro para los colombianos que están pensando en emigrar o que acaban de llegar a Estados Unidos: “No improvisen. Este país ofrece muchas oportunidades, pero también exige responsabilidad. Si vienen con niños, planifiquen. Hay reglas que debemos respetar, y eso nos ha permitido a muchos crecer y desarrollarnos aquí”.
La historia de Laura, una mujer con temple y aguerrida, es la de millones de migrantes que han debido empezar de nuevo lejos de su tierra, pero que no han dejado que la distancia borre su identidad.