La conjetura metalizada que a la vista ofrece el textil, que con mesurada belleza, constituyen los bañadores de Kim y Kourtney Kardashian, prometen ser una tendencia al menos entre sus seguidoras.
Son los mismos cortes “clásicos” de los trajes de baño que fascinan a las estadounidenses. No hay novedades.
Sin embargo, en este tipo de mercadeo los cuerpos de las divas se tornan en envidiables vitrinas que han generado en instantes más de 5 millones de “likes”.
Versiones de dos piezas y la malla entera son exhibidas por las “socialité” en tonos plateados y morados, telas que resisten las pronunciadas turgencias de las chicas.
Te puede interesar: Jennifer López posa semidesnuda: “Me he cuidado y se nota”
Kim acompañada de su amiga Larisa Pippen en la atmósfera de una gélida playa ofrece un acertijo a sus seguidores.
En la cuenta de @kimkardashian con más de 120 millones de seguidores en Instagram, pregunta: “¿Qué estábamos mirando?”.
Sin duda la interrogante parece extraída de un laboratorio de comportamiento humano, porque hombres y mujeres que las idolatran solo fijan su atención en las prendas y en sus cuerpos.
En los post no hay comentarios sobre el nombre del diseñador o la casa fabricante de las espectaculares piezas.
Tampoco se accede a comentarios que brinden “claves” para llegar a poseer un bañador similar.
Las fuerzas del mercadeo deben tener algo planificado y varias migas de pan han de estar dispuestas para que las potenciales compradoras sigan el rastro.
Sin embargo engrosar la comunidad es bastante ganancia.
Si apuntamos que la cuenta Instagram de Kourtney tiene casi 70 millones de seguidores, y sumamos las almas que acompañan a Kim, tendríamos a disposición a casi 300 millones de personas, cifra solo comparable con la demografía de España, Colombia, Francia y Alemania juntos.
En la cuenta de @kourtneykardash que revela una foto tomada en Los Cabos, México, la “retadora” fitness dice a sus seguidores que a veces es capaz de “sacar todo su brillo”.
Desde luego el transmutador color púrpura traza un limbo entre lo espiritual y lo hedónico que coloca en jaque a las miradas.
Desde luego para el ya largo verano del hemisferio sur, las subliminales recomendaciones de las Kardashian constituyen una referencia irresistible.
Gustavo Rízquez.