El artista venezolano Eduardo Molina presenta su exposición multimedia “Laberinto Sagrado” (Holy Maze), una experiencia inmersiva que combina pintura, escultura, video y música para explorar la espiritualidad y la introspección.
La muestra, curada por Félix Suazo, estará abierta al público con entrada libre en Arts Connection de Miami a partir del sábado 15 de marzo a las 7:00 p.m.
Un recorrido espiritual a través del arte
Inspirado en su práctica del budismo y la meditación, Molina ha trabajado durante más de una década en esta serie de 24 piezas que componen un laberinto simbólico. La muestra plantea una reflexión sobre el tránsito del alma y el proceso de transformación personal, representado a través de imágenes vibrantes y un recorrido no lineal que invita a la contemplación, se explica en una nota de prensa.
“El laberinto sagrado es una metáfora del viaje del alma a lo largo de la vida, en sus diferentes etapas y en constante evolución”, explica el artista.

El espacio expositivo contará con objetos luminosos en forma de esferas y una ambientación sonora creada por Primal Ensemble, fusionando lo visual y lo auditivo para potenciar la experiencia inmersiva.
Migración: Un proceso de transformación
La obra también refleja la experiencia migratoria del artista, quien dejó Venezuela en 2014 en busca de estabilidad y nuevas oportunidades. Uno de los elementos centrales de la muestra es un mural tipo mosaico, creado hace una década, que simboliza un renacimiento o “redención” personal.
“Cuando pinté esa ‘salida feliz’, aún no había vivido los desafíos de la migración, como construir una nueva vida en otro país. Todo este proceso, junto con la meditación, ha sido un laberinto en sí mismo, sin un principio ni un fin definidos”, comenta Molina.
La exposición captura ese tránsito emocional y espiritual, integrando el arte como una herramienta para encontrar equilibrio en medio del cambio.

El sonido como puerta a otros estados de conciencia
Uno de los elementos clave de Laberinto Sagrado es su conexión con la música de Primal Ensemble, un grupo conformado por Andrés Michelena, Luis Alberto Molina (hermano del artista) y Francisco Cabrujas.
Con más de una década de trayectoria, Primal Ensemble crea experiencias sonoras mediante la improvisación con flautas, tambores ceremoniales, teclado y percusión, buscando inducir estados de conciencia elevados.
“Nuestra música es una experiencia sonora que fluye de manera orgánica e impredecible. Más que sonidos, buscamos generar una conexión empática con la audiencia”, explica el grupo.
Evento especial de arte y sonido
El viernes 29 de marzo, Primal Ensemble realizará un concierto en vivo en la sala de exhibición, donde Eduardo Molina proyectará imágenes en movimiento inspiradas en la música del ensamble.
Esta colaboración busca ampliar la experiencia sensorial de la muestra, combinando el arte visual con el poder transformador del sonido.
Durante la inauguración del 15 de marzo, los asistentes podrán ver un video realizado por Molina, inspirado en la obra de Primal Ensemble, como parte del diálogo entre imagen y sonido que define Laberinto Sagrado.

Eduardo Molina: el artista
Dibujante y artista de medios mixtos, inició su formación en la Escuela Cristóbal Rojas y continuó sus estudios en la Universidad de Salamanca y en Madrid. Su obra se caracteriza por la exploración del dibujo, la pintura, la instalación y el videoarte, con influencias del cómic, la publicidad y la cultura de masas.
Desde su primera individual, Elementos (1989), ha participado en exposiciones nacionales e internacionales y ha recibido importantes reconocimientos, como el Primer Premio de la VII Bienal Nacional de Dibujo Fundarte (1994) y el Premio Único del Salón de Jóvenes con FIA (1999). Entre sus proyectos más emblemáticos está Saturno Bar (1990), una instalación multimedia que transforma el espacio expositivo en una experiencia interactiva.
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Los paisajes sonoros de Primal Ensemble
Primal Ensemble es un colectivo de músicos experimentales integrado por Andrés Michelena, Luis Alberto Molina y Francisco Cabrujas. Su trabajo se basa en la improvisación con instrumentos acústicos y electrónicos, creando paisajes sonoros envolventes que invitan a la meditación y la introspección.
Con una trayectoria de más de diez años, el ensamble ha desarrollado una propuesta única que fusiona lo ritual con lo contemporáneo, explorando la conexión entre la música, el cuerpo y el espacio. Sus presentaciones buscan generar experiencias inmersivas en las que el sonido se convierte en una herramienta de transformación emocional y espiritual.
Por: Nota de Prensa