Los 75 años de UNICEF se celebraron con un sabor agridulce. Después de décadas de avances para la infancia que consiguieron que menos niños murieran por enfermedades y que más tuvieran salud y asistieran a la escuela, la pandemia amenaza con retroceder.
«A lo largo de nuestra historia, UNICEF ha contribuido a crear entornos más sanos y seguros para los niños de todo el mundo, con grandes resultados para millones de personas», dijo Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF, que terminará su mandato. «Estos logros están ahora en peligro. La pandemia del COVID-19 ha sido la mayor amenaza para el progreso de la infancia en nuestros 75 años de historia».
Mientras aumenta el número de niños que pasan hambre, no van a la escuela, sufren abusos, viven en la pobreza o se ven obligados a casarse, disminuye el número de niños con acceso a la atención sanitaria, a las vacunas, a una alimentación suficiente y a los servicios esenciales. La infancia está en riesgo.
A principios de 2020, había más niños que vivían para ver su primer cumpleaños que en cualquier otro momento de la historia. La mortalidad infantil se había reducido en un 50% desde el año 2000. La mortalidad materna y los matrimonios infantiles estaban disminuyendo, y había más niñas que asistían y permanecían en la escuela que nunca.
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Desde entonces, en menos de dos años, 100 millones de niños más han caído en la pobreza, un aumento del 10% desde 2019. En el mejor de los casos, se necesitarán entre siete u ocho años para volver a los niveles de pobreza infantil anteriores a la crisis, señaló UNICEF.
Unos 50 millones de niños padecen emaciación, la forma de malnutrición más peligrosa. Esta cifra podría aumentar en nueve millones más para 2022 debido al impacto de la pandemia. El número de niños que trabajan ha alcanzado los 160 millones en todo el mundo, lo que supone un aumento de 8,4 millones de niños en los últimos cuatro años. Otros nueve millones de niños corren el riesgo de ser empujados al trabajo infantil de aquí a finales de 2022.
Además, se pueden producir hasta 10 millones de matrimonios infantiles adicionales antes del final de la década como resultado de la pandemia de COVID-19.
«En una época de pandemia mundial, conflictos crecientes y empeoramiento del cambio climático, nunca ha sido más importante que hoy un enfoque centrado en la infancia», dijo Fore. «Los niños deben ser los primeros en recibir inversiones y los últimos en sufrir recortes. La promesa de nuestro futuro se fija en las prioridades que establecemos en nuestro presente».