La cumbre global “AI for Good” (Inteligencia Artificial para el Bien) se desarrolló en Ginebra y la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) presentaron un nuevo informe que muestra cómo la IA y la medicina tradicional -que se practica en al menos 170 países- pueden unirse para ofrecer una atención más segura.
Es un esfuerzo por trazar un rumbo en la intersección de la IA y el bienestar colectivo, la investigación crucial emerge de la Iniciativa Global sobre IA para la Salud. Este estudio no es solo un análisis, sino una hoja de ruta diseñada para naciones y comunidades deseosas de adoptar la tecnología de manera de forma ética. Su núcleo radica en un desafío fundamental: integrar las capacidades transformadoras de la IA sin eclipsar el legado invaluable del conocimiento ancestral ni comprometer la soberanía sobre los datos que definen la identidad de cada población.
Este enfoque matizado busca establecer un equilibrio delicado. Se atreve a reconocer el inmenso potencial de la IA para revolucionar la salud pública, desde diagnósticos más precisos hasta la optimización de la distribución de recursos. Pero también, subraya la importancia crítica de salvaguardar las prácticas y saberes milenarios que han sustentado la salud en diversas culturas.
Simultáneamente, el estudio enfatiza la necesidad imperante de que cada entidad mantenga el control y la propiedad de la información generada y procesada, garantizando que el avance tecnológico sirva a los intereses de la sociedad y no a la inversa.
De igual manera, el informe presenta ejemplos tangibles, desde diagnósticos con ayuda de algoritmos en la medicina ayurvédica en India, hasta modelos de aprendizaje automático que identifican plantas medicinales en Ghana y Sudáfrica.
También se mencionan investigaciones en Corea del Sur donde se usa la IA para analizar compuestos tradicionales que ayudan a tratar enfermedades de la sangre.
“La idea es que todos los países puedan beneficiarse de estas soluciones tecnológicas, pero garantizando de que sean seguras, efectivas y éticas”, afirmó Seizo Onoe, director de Estandarización de la UIT.
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Respetar los conocimientos
Los datos de buena calidad, accesibles y cercanos, permitirán que las comunidades locales se involucren.
Existen dos iniciativas fundamentales que muestran que la tecnología puede salvaguardar los saberes ancestrales, se trata de la Biblioteca Digital del Conocimiento Tradicional en India y la Biblioteca Virtual de Salud en América Latina. Para ello, también juega un papel fundamental la propiedad intelectual, de esta manera se protegerá el conocimiento de pueblos indígenas.
Es un llamado a la formulación de marcos legales explícitos y a la adopción de modelos de gobernanza que sitúen a las comunidades en el centro de las decisiones sobre su información.
Igualmente, el documento subraya la urgencia de una doble inversión: en alfabetización digital y en la protección del conocimiento ancestral a través de tecnologías responsables. Esto significa empoderar a las comunidades con las habilidades necesarias para navegar el panorama digital, al tiempo que se desarrollan herramientas que respeten y preserven la sabiduría transmitida por generaciones.