No cabe duda que dentro de un bucle temporal Carolus Magnus, el augusto emperador de francos y lombardos, se hubiese sentido atraído por las formas de la extravagante SUV china homónima, Karlmann King.
Como un objeto inspirado en el hado oscurantista, montado sobre un andamio futurista, se muestra al público el colosal automóvil del Gigante Asiático, que no es solo robusto en su apariencia, sino en su valor, porque poseerlo requiere de casi dos millones de dólares de inversión.
Como una exquisita gema esculpida en el más puro azabache, se muestra Karlmann King, ensamblado por la empresa IAT Automobile Technology ubicada en China.
Su diseño se comporta como una suerte de acertijo en el que se trata de adivinar si sus líneas guardan parecido con el más postrero de las películas de Batman, si está emparentado con un tanque de guerra israelita o su arquitectura es un vestigio estético de los creadores de Mad Max.
Para los que quieren conocer un poco más esta ‘bestia’ 4×4, de 6 metros de longitud por 2,5 metros de ancho y 6 toneladas, posee un chasis del Ford F-550, importado de la casa motriz americana, junto con su motor más potente, el V8 de 6.8 litros, con una fuerza de 400 caballos.
Es un vehículo creado por y para millonarios chinos, que resulta tan extravagante en su aspecto como en su precio.
El IAT Karlmann King se deriva de la camioneta Ford F-450, aunque su apariencia exterior no conserva prácticamente nada de aquella. El vehículo fue reconvertido en un 4×4 de más de 6 metros de longitud, cuyas formas angulosas son más propias de un juego de video que de un auto real, incluso en fase de “concept car”.
En su interior, este rey cuenta con pantalla panorámica retráctil, nevera, iluminación especial, amplias butacas y las singularidades personales que cada cliente quiera agregar.