Cuando América salga del otro lado, necesitará nuevos líderes. “Las crisis no se resuelven de forma natural. Se manejan a través del liderazgo”. Lo que ha ocurrido con nuestras castas políticas en medio de la pandemia, denota la necesidad de renovación, porque cuando las cosas van mal no caben los chistes con “desinfectantes” y es un deber ser entregado a favor del pueblo sin esperar un rédito político.
El paisaje de la nación ha sido cambiado por un microorganismo. Después que esto pase muchos ya no serán los mismos. Cuando esto termine las facturas tocarán las puertas del liderazgo nacional y esas deudas no se condonan.
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Esta visión corresponde al republicano Judd Gregg, ex gobernador y senador por tres períodos de New Hampshire. Él sirve como presidente y miembro de alto rango del Comité de Presupuesto del Senado, y como miembro de alto rango del subcomité de Operaciones Extranjeras de Asignaciones del Senado.

Su opinión sobre el manejo de la crisis hecha por los políticos del país frente a la pandemia, quedó expuesta en un material que The Hill divulgó bajo el título: When America comes out the other side.
La crisis nos modela
Quien construyó este bloque de opinión es Judd Gregg, quien fue nominado para Secretario de Comercio en el Gabinete por el Presidente Barack Obama, aunque por diferencias con el Jefe de Estado decidió abandonar el puesto que le fue ofrecido.
El columnista en su trabajo indicó que Estados Unidos ha tenido históricamente este tipo de liderazgo. “El presidente Lincoln en la Guerra Civil, el presidente Franklin Roosevelt durante la Depresión, el presidente Reagan en la confrontación final con el comunismo y la Unión Soviética, e incluso el presidente George W. Bush en el manejo del 11 de septiembre, todos dieron a la nación dirección y, más importante aún, esperanza”.
No se puede decir lo mismo del presidente Donald Trump o de otros líderes clave dentro de la escenografía nacional, denotó Gregg.
De acuerdo al colaborador de The Hill, el presidente ha hecho de esto una especie de respuesta a la crisis “yo, yo mismo y yo”.

Indicó que la insaciable necesidad que Donald Trump tiene por la autopromoción y adoración general difícilmente personifica el liderazgo.
“Hay poco en su enfoque que capte la comunidad americana, su resistencia natural y la fuerza inherente de nuestro pueblo”.
La otra acera desolada
Sin embargo la crítica al Jefe de Estado no es una oda a la oposición. Para él es claro que los que están en la cima del Partido Demócrata tampoco pueden dejar atrás su antipatía hacia el presidente.
“Este no ha sido el mejor momento de los líderes políticos de América”.
Para Gregg ha sido más bien “un esfuerzo torturado, en el que ninguna de las partes muestra sinceridad al abrazar anémicamente lo que debe ser un esfuerzo totalmente unido”.
Con actitud de fiel y sentimiento de callado, el legislador dice que “el pueblo americano está observando esto”.
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El articulista recuerda a los políticos que la gente tiene tiempo para observar el comportamiento de los políticos, porque “tienen poco más que hacer ya que se adhieren a las órdenes de ‘quedarse en casa”.
“Puede ser que su conclusión sea que sus líderes no lo han hecho bien por ellos o por la nación”.