El panorama artístico del sur de Florida inicia una nueva etapa con la llegada de José Carlos Díaz como curador jefe del Pérez Art Museum Miami (PAMM). Nacido en Miami en una familia mexicoestadounidense, Díaz asume el rol más importante en la jerarquía curatorial del museo, uno de los centros culturales más influyentes de la región. Su nombramiento marca un regreso significativo a su ciudad natal, donde espera impulsar nuevos talentos y consolidar la presencia de artistas latinoamericanos y caribeños en un contexto cultural que, según afirma, vive un momento de protagonismo mundial.
En entrevistas con medios locales, Díaz subraya que regresar a Miami “es un honor”, especialmente tras una carrera que incluye puestos de alto nivel en instituciones como el Seattle Art Museum (SAM), donde fue subdirector de arte, y el Andy Warhol Museum de Pittsburgh, donde ocupó la jefatura de curaduría. Para él, la evolución de la escena artística de Miami en los últimos 20 años ha sido notable: de una ciudad con espacios dispersos a un eje cultural de alcance internacional.
Uno de los ejemplos más claros de esa transformación es Wynwood. El curador recuerda que hace dos décadas era “solamente edificios vacíos”, mientras que hoy es un distrito vibrante lleno de murales, galerías y propuestas creativas que se complementan con el cercano Distrito de Diseño. Para Díaz, esta expansión coloca a Miami en un mapa global que permite conectar a artistas latinos, latinoamericanos y caribeños con el resto del mundo.
“Miami es ahora una plataforma internacional. La gente viene por la comida, la moda, el diseño y el arte; aquí tenemos de todo”, destaca. Esta visibilidad se fortalece cada año con la llegada de Art Basel y las numerosas ferias satélite que convierten a la ciudad en un epicentro del mercado y del diálogo artístico.
Un museo en crecimiento constante
El PAMM, con 40 años de historia y 12 en su sede actual frente a la bahía, es hoy el museo de arte moderno y contemporáneo más emblemático de Miami. Su colección permanente de alrededor de 3.000 piezas y sus más de 18.500 metros cuadrados de exhibición lo convierten en un punto de referencia para locales y visitantes.
Para Díaz, esta relevancia conlleva un desafío; hacer que el arte sea accesible para la mayor cantidad de personas posible. Desde su perspectiva, muchos visitantes tienen en el PAMM su primera experiencia con el arte moderno y contemporáneo, lo que obliga a mantener programas inclusivos y dinámicos.
El museo destaca por su enfoque en artistas vivos y por contar con un programa de residencias que facilita la creación de nuevas obras, así como espacios donde los visitantes pueden ver procesos artísticos en tiempo real. Un ejemplo es la exposición actual El Monte, la primera muestra individual de los hermanos Erick y Elliot Jiménez, artistas cubanos radicados en Miami, que combina fotografía y escultura inspiradas en la religión lucumí.
Una visión para ampliar el acervo y las voces
Díaz planea fortalecer la colección internacional del museo con énfasis en artistas del sur de Florida, el Caribe y Sudamérica. Su objetivo es no solo organizar exposiciones con narrativas nuevas, sino también ofrecer primeras oportunidades de exhibición a creadores emergentes. “Quiero organizar exposiciones que presenten historias nuevas y que algunos artistas tengan aquí su primera gran muestra”, afirma.
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Su formación incluye estudios en historia del arte en la San Francisco State University y un posgrado en historia cultural en la Universidad de Liverpool, donde también trabajó en Tate Liverpool y en la Bienal de Liverpool. Ahora, desde el PAMM, Díaz busca consolidar a Miami como uno de los polos culturales más influyentes del continente.

































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