Angustiado por los fatales desenlaces del fin de semana, el exvicepresidente Joe Biden advirtió a la nación que “los supremacistas blancos están ganando la batalla”.
Después de la carnicería en El Paso, Texas y Dyton, Ohio, para el candidato presidencial demócrata el “terrorismo doméstico” ha secuestrado el alma de la nación.
El candidato pensilvano a la Casa Blanca colocó de manera tangencial una variable de confrontación contra su rival, el presidente Donald Trump, a quien criticó por hacer creer a la población que las acciones de los supremacistas blancos, son propia de personas que tienen una enfermedad mental.
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Frente a medios nacionales de televisión Biden aseguró que “el odio es enfermizo, pero no es una enfermedad mental (…) La supremacía blanca está mal, pero no es una enfermedad mental.”
Otra situación que llenó de desconcierto a Biden fue una declaración del Jefe de la Casa Blanca, quien aunque condenó la supremacía blanca en declaraciones el lunes por la mañana, antes tuiteó que el Congreso debería vincular cualquier medida de control de armas a la reforma migratoria. Este trino enervó al candidato demócrata debido a que Trump equiparó los dos temas. “No son inmigrantes haciendo estas cosas. Son ciudadanos americanos haciendo estas cosas”, aseguró el nacido en Scranton, Pensilvania.
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El veterano abogado quien fue mano derecha del expresidente Barack Obama, no salpicó a Donald Trump como un histrión del racismo y la supremacía blanca en los Estados Unidos, pero si aseguró que ” este es el presidente que continúa hablando de maneras que son completamente contrarias a todo lo que somos. Quiero decir, refiriéndome a mexicanos como violadores y hablando de las ratas en Baltimore. Quiero decir, la forma en que habla de la gente.”