En los Estados Unidos hay un movimiento que desea cambiar los lapsos de las Leyes de Prescripción, e incluso sacar de ese posible estatus a los delitos que involucran agresiones sexuales a un niño, argumentos que han tomado fuerza en ocasión de una sentencia condenatoria dada al cura pederasta, David Poulson de Pensilvania.
La onda expansiva de la bomba legal dejada caer por Josh Shapiro, fiscal general del Estado de Pensilvania, ha logrado castigar a otro clérigo católico en el estado procesado por agresiones sexuales a un menor.
Estas son las secuelas del “Informe Pensilvania”, que consta de 1 mil 300 páginas, que revisó 70 años de historia, y halló datos consistentes en los que 300 sacerdotes están implicados y más de mil niños abusados, una cifra que, según los investigadores, podría ser mucho mayor. Y todo esto sólo en uno de 50 estados de la Unión.
La semana pasada un religioso católico admitió haber abusado sexualmente de menores en Pensilvania.
Fue condenado el viernes a una pena de dos años y medio a 14 años de cárcel, el segundo sacerdote en ser encarcelado tras la difusión de un estremecedor informe sobre los abusos del claro en ese estado.
Se trata del presbítero David Poulson, de 65 años, quien se declaró culpable en octubre tras ser acusado de agresiones sexuales e intentos de agresión de dos menores de ocho y 15 años en su diócesis de Erie, en el noroeste de Pensilvania.
De acuerdo al expediente judicial Poulson agredió sexualmente a uno de los menores “más de 20 veces en la casa parroquial”, subrayó el fiscal federal de Pensilvania Josh Shapiro en un comunicado. “Obligó a la víctima a confesarse, y a confesar ante Poulson los abusos” cometidos por el cura, agregó.
En los datos de tribunales se pudo hallar, que Poulson también intentó agredir varias veces a los varones en un chalet que poseía en el campo.
Las oscuras historias del padre Poulson están narradas en el informe publicado en agosto por el fiscal federal de Pensilvania, que detalla décadas de abusos sexuales en este estado cometidos por más de 300 sacerdotes en más de un millar de niños y adolescentes, así como los esfuerzos de la jerarquía católica por ocultarlos.
En ese período de solapamientos, se supo que Poulson confesó en 2010 al obispo de Pensilvania en esa época, Donald Trautman, que le atraían los niños y jovencitos. Pero el jerarca católico, que se jubiló en 2012, lo dejó pese a todo ejercer su ministerio, y solamente lo cambió de parroquia. El padre Poulson recién fue suspendido en 2018, dijo el fiscal Shapiro.
La mayoría de los casos citados en el informe judicial ya prescribieron. Solamente dos curas fueron inculpados en el marco de la investigación: Poulson y John Sweeney, este último condenado el mes pasado a entre 11,5 meses y cinco años de cárcel por haber abusado de un niño de 10 años en la década del ’90.
Existe en la nación una creciente energía que desea que legislativamente la Ley de Prescripción cambie y no de este beneficio a las personas involucradas en agresiones sexuales contra niños.