De aquel Barça del “sextete” que ganó en 2009 todos los títulos posibles en el Viejo Continente con Xavi, Iniesta y Messi no queda ni rastro.
Esta temporada por segunda vez consecutiva en la Champions League volvió a caer con estrépito. El Benfica vapuleó en el Estadio Da Luz 3-0 al equipo catalán y el Bayern Munich le suministró la misma dosis a domicilio, en el Camp Nou.
Seis goles en los dos primeros partidos y ninguno a favor. Lo peor es que por primera vez en la historia de la competición en ambos partidos ni siquiera dispararon a la potería contraria.
Este segundo naufragio coloca a los culés en serio riesgo de quedar eliminados en la clasificación para octavos de final. Esta vez la prensa mundial no tuvo piedad con el equipo que dirige el técnico holandés Ronald Koeman.
Las portadas de los diarios referían: “Siniestro total”, “Contra las cuerdas”, “Esto es una pesadilla”, “Hundidos”. La vergüenza que pasó en el torneo continental también sirvió de carne de cañón para los memes en las redes sociales.
De ese laureado equipo de hace algunos años sólo quedan dos viejos conocidos como Sergio Busquets y Gerard Piqué. El primero de ellos tras el último partido se llevó la mano al corazón y dijo: “Estamos en una situación crítica” y el segundo más irónico apuntó: “Es lo que hay”.
Algunos comentaristas sostienen que las horas de Koeman están contadas. Sin embargo, medios especializados aseguran que echar al técnico no es una tarea fácil. El club debería abonarle unos 12 millones de euros en caso de romper el contrato, cifra que para la situación económica que atraviesa el equipo parece imposible de afrontar. Los fanáticos aseguran que pase lo que pase Koeman está sentenciado, ya no tiene margen de maniobra.
En la presente temporada de la liga doméstica a los barcelonistas tampoco les va muy bien. Por ahora ocupan el sexto lugar en la clasificación. Tertulianos de programas deportivos atribuyen la hecatombe a una burbuja especulativa que le permitió al Barça contratar grandes jugadores.
Así se equiparaban con el linaje del Milan, Real Madrid, Liverpool, Ajax o la Juventus. Hace algunas semanas el propio presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, reconoció que la institución se encuentra en una situación financiera “dramática”.
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Deudas y pérdidas
El club arrastra una deuda valorada en 1.350 millones de euros. De ellos, 673 millones corresponden a deuda bancaria y 389 por salarios atrasados con jugadores.
El mandamás catalán también anunció unas pérdidas de 482 millones de euros. Las restricciones de aforo impuestas por el Covid-19 terminaron por pinchar esa burbuja.
Para colmo antes de comenzar la temporada el delantero argentino Lionel Messi se marchó al PSG porque al club de toda su vida no le alcanzó el dinero para pagarle el sueldo.
Sin embargo, en el mes de enero el diario El Mundo de España vaticinó el desastre al destapar el faraónico contrato de “la pulga” que acabó por arruinar a su equipo. Cobraba 130 millones de euros por temporada a un club hundido que había hipotecado su futuro.