Human Rights Watch (HRW) denunció este martes que las autoridades venezolanas someten a condiciones de hacinamiento y falta de higiene a unos 130 mil migrantes que han retornado al país. Dicen que esta situación ha provocado el incremento de la transmisión de la COVID-19.
La denuncia está contenida en un informe realizado conjuntamente por la HRW y los centros de Salud y Derechos Humanos de la Universidad Johns Hopkins. En el escrito instan a los ministros de Relaciones Exteriores de los países de América Latina a que afronten con urgencia la situación de las personas que retornan en el encuentro del Proceso de Quito.
Ambas instituciones puntualizan que encontraron condiciones insalubres y de hacinamiento en los centros donde se exige a las personas que regresan a Venezuela, cumplir cuarentena con insuficientes alimentos, agua y atención médica.
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Según el informe, a muchas de estas personas retornadas se les obliga a permanecer en los centros de cuarentena por lapsos mayores a los 14 días recomendados por la Organización Mundial de la Salud. Esta situación estaría ocurriendo debido a las demoras en las pruebas de diagnóstico de coronavirus. En los casos en los que los afectados han protestados, éstos han sido objeto de amenazas por parte de las autoridades.
Kathleen Page, medico y académica de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, dijo al respecto de la situación que “enviar a los retornados a centros de cuarentena insalubres y sobrepoblados, donde es imposible cumplir con las medidas de distanciamiento social, es una fórmula perfecta para propagar la COVID-19″.
Según la información recopilada por HRW, a pesar de que las condiciones en los centros varían de forma considerable, se observó que entre junio y septiembre la mayoría de las personas retornadas entrevistadas aseguraron que la capacidad de estos centros estaba desbordada y había muchas personas en cada habitación.
La mayoría de los encuestados coincidieron en afirmar que las condiciones son insalubres debido a la falta de agua, no hay electricidad para que funcionen las bombas del preciado líquido y tampoco hay artículos de higiene básicos como jabón. También aseguraron que tuvieron dificultades para acceder a la atención médica, a alimentos e incluso al agua potable y productos para los niños.