Los procesos con bajo estándar de calidad desarrollados por la extinta empresa de autopartes Takata Corporation, obligó en esta oportunidad al grupo japonés, Honda, a llamar a revisión a 1.1 millones de vehículos en Estados Unidos para reemplazar, por segunda vez, componentes defectuosos de sus airbag.
Takata Corporation se declaró en 2017 en bancarrota, tras identificarse que una serie de muertes y lesiones estaban relacionadas con los infladores defectuosos de bolsas de aire por ellos fabricados en su subsidiaria mexicana en Coahuila.
En Estados Unidos Honda señaló en un comunicado que reemplazará el inflador PSDI-5D de los airbag, fabricado por Takata, por ser defectuoso y puede causar lesiones en caso de activación.
Estos infladores habían sido instalados con anterioridad en otra llamada a revisión, iniciada en 2014, para reemplazar componentes defectuosos también producidos por Takata.
American Honda Motor Co. explicó que tras un accidente sufrido en enero de 2018 por un Honda Odyssey 2004 “tuvo conocimiento de un potencial problema” con el inflador que explota y puede causar “lesiones en el brazo del conductor”.
“Una investigación posterior reveló que los infladores PSDI-5D fabricados en la planta mexicana de Takata en Monclova sufrieron errores en el proceso de manufactura que introdujeron una humedad excesiva en el inflador durante su montaje”, dijo Honda.
La humedad puede provocar la degradación de los componentes químicos del inflador, lo que puede provocar “una presión más alta de lo normal en el momento de la activación del airbag”, su explosión y el lanzamiento de componentes metálicos hacia los ocupantes del vehículo.
Los modelos afectados por esta nueva llamada de revisión son los de la marca Acura 3.2CL, ILX, MDX, 3.2TL, TL, RDX, ZDX y los de la marca Honda Accord, Civic, CR-V, Element, Fit, Odyssey, Pilot y Ridgeline de años que varían desde el 2003 a 2016.