Una expolicía blanca de Dallas, Estados Unidos, que dijo que mató a su vecino de color oscuro de un tiro tras pensar que era un extraño, fue hallada culpable de homicidio el pasado martes.
Durante la audiencia en la que fue sentenciada a 10 años de prisión, ocurrió una conmovedora escena de perdón cuando el hermano de la víctima le pidió a la juez si podía abrazar a la ex oficial.
“Hablo por mí: te perdono y sé que si le preguntas a Dios él te va a perdonar. Una vez más, estoy hablando por mí, ni siquiera por mi familia. Te amo como a cualquier otra persona y no voy a decir que espero que te pudras y mueras como mi hermano”, expresó el hermano de Botham Jean.
Las personas que estaban fuera de la sala reaccionaron con enojo a la sentencia dada a la ex policía Amber Guyger, creyendo que era demasiado indulgente. Pero, el hermano de Jean se dirigió a ella directamente desde el estrado de los testigos.
“Personalmente quiero lo mejor para ti. No iba a decir esto delante de mi familia o de nadie, pero ni siquiera quiero que vayas a la cárcel. Quiero lo mejor para ti porque sé que eso es exactamente lo que Botham querría por ti. Lo mejor es que le des tu vida a Cristo. No voy a decir nada más”.
El hecho acaparó la atención de los medios de comunicación. La juez Tammy Kemp dijo que podía, y Brandt y Guyger se pusieron de pie, se encontraron de frente y se abrazaron. La autoridad también abrazó a Guyger antes de que la sacaran de la sala del tribunal.
El juicio por la muerte de Botham Jean tuvo gran repercusión social. El jurado llegó al veredicto tras sólo unas horas de deliberaciones, luego de escuchar testimonios durante seis días.
En septiembre del 2018, Guyger entró al apartamento de Jean, quien vivía en el cuarto piso, directamente arriba del apartamento de ella en el tercer nivel. Ella, de 31 años, tenía puesto su uniforme tras terminar una larga jornada cuando abatió a Jean con su pistola policial.
Jean, de 26 años, estaba disfrutando un helado cuando Guyger entró a su apartamento. Él creció en la isla de Santa Lucía, país en el Caribe, llegó a Estados Unidos para ir a la universidad y luego trabajó como contador.
Su muerte recibió amplia atención debido a las extrañas circunstancias del caso y porque fue una de una serie de muertes de hombres negros desarmados a manos de policías blancos.