En medio de celebraciones culturales, desfiles y reconocimientos públicos, el Mes Nacional de la Herencia Hispana se convierte también en una oportunidad para dimensionar el papel esencial que los hispanos juegan en el presente y futuro del país. Más allá de sus raíces y tradiciones, son un motor económico, político y social.
Con más de 68 millones de personas, los latinos representan el 20% de la población estadounidense, según datos del Censo de Estados Unidos. Pero, su peso no radica solo en números, sino también en términos económicos. El llamado “PIB latino”, la producción total de bienes y servicios generados por la comunidad, que alcanzó los 3.6 billones de dólares en 2022, ubicó a los latinos como la quinta economía más grande del mundo, solo detrás de EE. UU., China, Japón y Alemania.
Este dinamismo económico también se refleja en el mundo laboral. La comunidad hispana constituye un número importante de la fuerza laboral del país. Muchos ocupan roles clave en sectores como la construcción, la agricultura, la hostelería, la salud y los servicios esenciales.
Además, los hispanos lideran una ola de emprendimiento. En todas las ciudades del país existen negocios propiedad de latinos que generan millones de dólares al año. A pesar de las barreras estructurales que enfrentan, como acceso limitado a financiamiento, los empresarios latinos siguen siendo una fuerza resiliente y de alto impacto.
En el ámbito educativo, aunque persisten desafíos, las cifras muestran avances importantes. Según el Pew Research Center, el 45% de los adultos latinos tienen algún nivel de educación universitaria, frente al 36% en 2010. El porcentaje de hispanos con título universitario subió del 13% al 20% en el mismo período. Además, la mayoría de los estudiantes latinos universitarios son primera generación, marcando una transformación intergeneracional.

Más contribuciones innegables de los hispanos
La contribución cultural también es innegable. Artistas, escritores, chefs, deportistas y comunicadores latinos influyen ampliamente en la identidad nacional. La música urbana, el cine, la cocina y la televisión tienen cada vez más acento hispano.
Platos como tacos, tamales, lechón, empanadas, tequeños, arepas, ceviche, arroz con gandules, bandeja paisa, ceviche, birria, mofongo, milanesa, entre otros, forman parte del menú cotidiano en muchas ciudades, desde restaurantes gourmet hasta cadenas de comida rápida, reflejando no solo la presencia latina, sino también su arraigo en el paladar colectivo del país.
En la política, el peso latino es también creciente. En las elecciones de 2024, el voto hispano fue decisivo en estados clave como Arizona, Nevada y Georgia, donde ya se reconoce su poder de movilización y cambio.
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El Mes Nacional de la Herencia Hispana, celebrado durante 30 días hasta el 15 de octubre, es una ocasión que rinde homenaje a las culturas, tradiciones e historias de quienes tienen raíces en México, el Caribe, Centroamérica, Sudamérica y España.
La historia del Mes Nacional de la Herencia Hispana comenzó en 1968, cuando inicialmente se estableció como una semana de celebración. Casi dos décadas más tarde, bajo la presidencia de Ronald Reagan, esta conmemoración se amplió a un mes completo, reflejando así el creciente reconocimiento de la importancia y el aporte de la comunidad hispana.
Este mes, cargado de emociones, reencuentro con las raíces, memoria e identidad, es una oportunidad para reconocer que los latinos son un presente activo, productivo y transformador en el país.