Con una participación ciudadana de apenas el 21% y en un clima político marcado por escándalos, tensiones partidistas y profundos cambios demográficos, Miami celebró el pasado 4 de noviembre unas elecciones municipales que quedaron sin un ganador definitivo. Ninguno de los trece candidatos a la Alcaldía alcanzó el 50% necesario para triunfar en primera vuelta, por lo que el cargo se definirá en una segunda ronda el próximo 9 de diciembre entre Eileen Higgins y Emilio González, los dos aspirantes más votados.
Higgins, actual comisionada del condado Miami-Dade, obtuvo el 35.97% de los sufragios, mientras que González, exadministrador de la ciudad, alcanzó el 19.51%. Muy por detrás quedaron los otros once contendientes en una elección que, aunque oficialmente no partidista, estuvo impregnada por la creciente polarización política en el sur de Florida.
El contexto de los comicios no fue menor: se desarrollaron tras años de denuncias de corrupción en distintas dependencias municipales, cuestionamientos a la administración saliente del alcalde Francis Suárez —de tendencia republicana y cercano al expresidente Donald Trump—, y un escenario urbano en transformación debido al acelerado crecimiento poblacional y a la presión inmobiliaria.
Según datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos, entre 2020 y 2024 la población de Miami creció un 10%, alcanzando los 487,014 habitantes. Este auge demográfico, impulsado por la llegada de nuevos residentes y la inversión extranjera en el mercado inmobiliario, ha elevado los precios de la vivienda y convertido el acceso a un hogar asequible en uno de los temas centrales de la campaña.
Eileen Higgins: una apuesta por la confianza y la vivienda asequible

Eileen Higgins, demócrata registrada y representante del Distrito 5 del condado Miami-Dade —que incluye zonas emblemáticas como Brickell, la Pequeña Habana y el río Miami—, se presenta como la opción de renovación institucional. Ingeniera y ejecutiva de mercadeo antes de ingresar a la política, Higgins es egresada de la Universidad de Nuevo México y de la Universidad de Cornell.
Si resulta electa, se convertiría en la primera mujer en ocupar la Alcaldía de Miami, un hecho histórico en una ciudad marcada por liderazgos masculinos de larga trayectoria. Su mensaje de campaña ha girado en torno a la “restauración de la confianza en el Ayuntamiento” y la simplificación de procesos burocráticos que —según sostiene— frenan el crecimiento de pequeños negocios y propietarios.
Entre sus principales propuestas destaca el impulso a la vivienda asequible, un desafío crítico en un contexto donde el precio promedio de renta y propiedad ha superado niveles récord. Higgins plantea que la ciudad adopte políticas de planificación urbana sostenibles y fomente la construcción de unidades residenciales destinadas a familias trabajadoras.
“Miami necesita un liderazgo transparente, práctico y enfocado en la gente, no en los intereses particulares”, ha afirmado en actos de campaña. Su discurso busca atraer tanto al electorado progresista como a los votantes independientes que demandan mayor eficiencia administrativa y control de los gastos públicos.
Emilio González: un exmilitar con respaldo republicano y promesa de orden

Por su parte, Emilio González, coronel retirado del Ejército de Estados Unidos y exdirector del Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS) durante la presidencia de George W. Bush, encarna la alternativa conservadora. Su campaña cuenta con el respaldo público del gobernador de Florida, Ron DeSantis, y se enfoca en la seguridad pública, la reducción de impuestos y el combate a la corrupción.
González, de origen cubanoamericano, administró la ciudad de Miami entre 2018 y 2020. Su gestión terminó abruptamente tras acusaciones de haber intervenido indebidamente en trámites de construcción para beneficio propio, aunque la Comisión de Ética de la Ciudad lo exoneró posteriormente. El exfuncionario sostiene que su renuncia respondió a motivos personales vinculados a la salud de su esposa.
En su plataforma política, propone reducir los impuestos sobre las viviendas principales, fortalecer los cuerpos policiales y “devolver la confianza al gobierno municipal mediante la transparencia y la disciplina fiscal”. Sus mensajes apelan al votante republicano y a quienes consideran que el crecimiento urbano de Miami debe acompañarse de mayor orden institucional.
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La segunda vuelta del 9 de diciembre definirá quién reemplazará a Francis Suárez, que culmina su segundo mandato y no puede reelegirse. Entre el desencanto ciudadano por la baja participación y el desafío de recuperar la confianza pública, el futuro alcalde o alcaldesa enfrentará una tarea monumental: gobernar una ciudad vibrante, diversa y en transformación, en un momento decisivo para el rumbo político y social de Miami.

































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