En República Dominicana, han ocurrido muchos hechos históricos importantes desde los tiempos de la colonia, pero la Guerra de Restauración que comenzó el 16 agosto de 1863 hasta 1865 entre dominicanos y España, tuvo características sin precedentes en la historia del país caribeño.
Junto con “El grito de capotillo”, la restauración de la República es la mayor proeza dominicana de liberación popular y de reafirmación de lo nacional; es el acontecimiento político y social más significativo y relevante, en cuanto a su valoración y significado histórico como lucha anticolonial, anti racial y popular de la segunda mitad del siglo XIX en el Caribe.
La llama que encendió la mecha fue proclamación de la anexión. Los conservadores dominicanos invitaron de nuevo a España a tomar posesión del país, lo que fue asumido por los quisqueyanos como un acto de alta traición.
La guerra restauradora, liderada por el general Gregorio Luperón, se libró 17 años después de proclamada la Independencia dominicana contra Haití, y tras 42 años de que los habitantes de la zona oriental de la isla La Española declararan su emancipación de España.
En este enfrentamiento armado se fusionaron algunos elementos que lo convirtieron en un acontecimiento histórico paradigmático y singular que trasciende todas las luchas libertarias de lo que hoy es República Dominicana.
La Restauración fue una conflagración que surgió como respuesta del pueblo dominicano ante las intensiones del capitán general Pedro Santana y su camarilla de convertir República Dominicana en una provincia española mediante la anexión.
La anexión a España fue considerada como un acto de agresión a la dignidad de la Patria y del pueblo dominicano pues le quitaba a la República su territorio y a sus habitantes los privaba de su ciudadanía y libertad. Por esa razón se dice que la Guerra Restauradora devolvió la dignidad a los ciudadanos dominicanos.
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Popular y anticolonial
Historiadores la han catalogado como una guerra popular, anticolonial y en defensa de la dignidad nacional en la que participaron todos los estamentos del pueblo dominicano sin distinción de raza ni credo.
La lucha era por la restitución de la República que había sido conculcada con el acto de anexión a España. El enfrentamiento revistió suma importancia ya que el pueblo dominicano desafío a una de las potencias mundiales más poderosas de la época y la venció.
Durante casi tres años la guerra restauradora se peleó en todo el territorio del país, lo que la convierte en una de liberación nacional según refieren algunos historiadores.
Por su importancia histórica la fecha es declarada de regocijo nacional y los dominicanos la celebran con múltiples actividades a fin de evocar la lucha independentista que este año cumple 158 años.
Esta gesta tuvo un importante significado histórico no solo para República Dominicana sino para toda la región del Caribe y para los procesos abolicionistas y antirracistas en las nuevas naciones latinoamericanas.
La guerra restauradora formó parte de un largo proceso nacional que rompió de forma definitiva con el colonialismo.