Trump parece decidido a desafiar la constitución ignorando las numerosas citaciones emitidas por el Congreso. Ha instruido al exabogado de la Casa Blanca, Don McGahn, para que no responda al Congreso y quiere desafiar al Congreso en los Tribunales Federales. Su estrategia política y legal parece ser lograr que los tribunales decidan, sin pasar por el Congreso. El problema que enfrenta el Congreso ahora mismo es que la lucha pública relacionada con el terreno legal es algo que Trump quiere. Desde que se publicó el Informe Mueller, Trump cree que tiene el control total, no necesita responder al Congreso y usará Orden Ejecutiva cuando quiera. Ha expresado indiferencia hacia el impeachment porque los Republicanos todavía controlan el Senado, y Mitch McConnell detendrá el proceso de impeachment en el Senado de los EE. UU.
Los expertos opinan que Trump disfruta con la confrontación con el Congreso sabiendo que el tiempo está de su lado. En cuanto a la obstrucción, nunca ha actuado de manera que esté personalmente expuesto, sino que ordena a sus ayudantes que actúen fuera de la ley, instruyendo despedir al Asesor Especial. En este momento, uno de los principales testigos contra Trump es Don McGahn porque ha declarado que se negó a obedecer las órdenes de Trump de despedir a Mueller y decidió renunciar a su cargo. El Congreso puede continuar discutiendo el impeachment, pero Nancy Pelosi tiene el enfoque correcto al saber que es un proceso largo que distraerá a su partido de tratar con asuntos más urgentes. Le proporcionará a Trump motivos para atacar al Congreso por no hacer nada, excepto acosarlo. En este momento, el desafío para el Congreso es tratar con un presidente que quiera soslayar la constitución ignorando la voluntad de nuestros representantes. Si él puede hacer eso, vamos por el camino hacia una dictadura.