El aborto siempre ha encendido agrios debates en Estados Unidos respecto a las circunstancias en las que se le puede poner fin al embarazo y Florida no escapa a las controversias por una nueva ley.
El pasado mes de abril el gobernador de Florida, Ron DeSantis, firmó una ley que prohíbe el aborto después de las 15 semanas de embarazo. El proyecto de ley, que entrará en vigencia el 1 de julio, permite exenciones en los casos en que el embarazo suponga un “grave riesgo” para la madre. También cuando se detecte una anomalía fetal mortal si dos médicos confirman el diagnóstico por escrito.
A partir de julio en Florida no se permiten excepciones en casos en que los embarazos hayan sido causados por violación, incesto o tráfico de personas. Bajo la ley actual, el estado del sol permite el aborto hasta las 24 semanas.
El instrumento legal exigirá a los proveedores de abortos que documenten el número de embarazos interrumpidos con medicamentos y presenten esa cifra a la Agencia para la Administración de la Atención Médica. El presidente de la Cámara de Representantes, Chris Sprowls, señaló que los republicanos de la Cámara son “firmes en nuestro compromiso con los niños de Florida, tanto nacidos como por nacer”.
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Tras ser promulgada la ley, diversos grupos pro vida como el Florida Family Policy Council se pronunciaron a favor de la medida que evitará que miles de criaturas sean eliminadas mediante procedimientos quirúrgicos o químicos. Sin embargo, los grupos pro abortistas tomaron las redes sociales para protestar por lo que consideran una violación al derecho de la mujer.
Ahora, el Centro para los Derechos Reproductivos (CRR), organización que agrupa a las clínicas de aborto, presentó una demanda contra la polémica ley. La acción judicial incoada ante la corte estatal de Tallahassee alega que la ley viola la Constitución estatal.
“La prohibición del aborto después de 15 semanas tendría efectos devastadores en el acceso al aborto en el estado”, en momentos en que los floridanos “ya enfrentan restricciones onerosas para abortar”, indicó esta organización global en un comunicado.
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Una ley desafiante
El comunicado expresa que entre las “restricciones” ya existentes, figura “la prohibición de planes de seguro en el mercado estatal que cubra el aborto“. Alegan que también exigen el consentimiento de los padres, lo que dificulta que las jóvenes aborten cuando quieran.
Además, otras barreras que afrontan las mujeres que quieren abortar son “los retrasos en enterarse de que están embarazadas, la dificultad para pagar la atención médica esencial y la falta de proveedores cercanos”, según la organización.
“Esta ley rechaza descaradamente la necesidad de los floridanos de atención esencial del aborto y su firme apoyo al derecho a abortar”, dijo Daniel Tilley, director legal en Florida de la Unión Americana por las Libertades Civiles (ACLU).
Tilley señaló que le nueva ley “no solo desafía la voluntad de la gente, sino que ignora las circunstancias de la vida real de las personas que necesitan un aborto y las pone deliberadamente en peligro”.
Por ahora el debate público sobre el aborto en Florida trasciende la esfera de las declaraciones y las redes sociales. Los jueces tendrán que pronunciarse.
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