Ron DeSantis, gobernador de Florida, anunció en días pasados que vetará el proyecto migratorio aprobado en el Legislativo estatal, el cual desestimó propuestas suyas y más bien, según sus autores, se ha escrito tratando de alinearlo a las directrices del presidente Donald Trump.
DeSantis calificó el proyecto aprobado por los legisladores en horas de la noche del pasado 28 de enero como “débil” y “a medio cocer”, y refirió que los puntos que él propuso eran más fuertes. Como consecuencia de todo esto, el mandatario floridano dijo que tiene la intención de vetar el citado proyecto de ley una vez llegue a su despacho.
El texto aprobado en el Capitolio de Tallahassee, capital del estado, entre otros aspectos, le quita al gobernador DeSantis la potestad para supervisar las políticas migratorias y en su lugar se las otorga al comisionado de Agricultura, Wilton Simpson.
Uno de los aspectos propuestos por DeSantis, y que fueron obviados en el texto final, fue la propuesta de imposición de cargos criminales para los agentes del orden que no cumplan con sus responsabilidades en materia migratoria.
Por su parte, la bancada demócrata mostró su desacuerdo con una disposición incluida en el texto que priva a los inmigrantes irregulares de las matrículas estatales en universidades públicas, una iniciativa establecida en 2014 y promovida por el entonces gobernador de Florida Rick Scott, quien en la actualidad es senador por esta estado.
Con respecto a este punto propuesto por DeSantis, la red Florida Student Power y la Coalición de Inmigrantes de Florida, entre otros grupos de organizaciones civiles emitieron un comunicado en el que expresaron que “esto significa que más de 40.000 estudiantes se enfrentarían a decisiones financieras difíciles que pondrían en riesgo su futuro”.
La confrontación entre DeSantis y los legisladores del Capitolio floridano que posee mayoría republicana en ambas cámaras, es el hecho más reciente de la tensión que existe entre ambas partes, la cual fue expresada al comienzo del periodo de sesiones extraordinarias convocadas por el gobernador para abordar tanto el proyecto migratorio como otras iniciativas.
El 27 de enero los legisladores reunidos en Tallahassee finalizaron de forma abrupta y nada más empezar, la sesión extraordinaria que había sido convocada por DeSantis, la cual fue catalogada por algunos legisladores de “prematura”, y dieron inicio a la que ellos ya habían ordenado, sin duda un golpe para quien fuera aspirante a la candidatura presidencial de los republicanos.
Hace ya varias semanas, antes de que Donald Trump asumiera su segundo mandato presidencial, DeSantis convocó una sesión especial del Legislativo de Florida para hacer que el estado “lidere” el programa de deportaciones masivas prometido por el republicano.
Un proyecto controvertido
El Congreso de Florida aprobó la controvertida Ley Trump, una de las medidas más restrictivas contra la inmigración ilegal en el país, luego de tres días de debates en los que ambas Cámaras, de mayoría republicana, cerraron filas en contra de la propuesta del gobernador DeSantis.
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Este proyecto de ley otorga al comisionado de Agricultura, Wilton Simpson, el control sobre la política migratoria del estado.
El lunes 27 de enero, DeSantis había convocado una sesión especial para abordar cinco temas clave, con la inmigración ilegal como punto central. Pero la Legislatura rechazó su convocatoria y aprobó un proyecto propio, considerado más alineado con las políticas del presidente Trump.