General Motor suspendió las operaciones de Cruise, la unidad de taxis autónomos, en todo Estados Unidos, luego de que reguladores en California determinaron que los autos constituían un peligro para la seguridad pública.
“Hemos decidido proactivamente poner en pausa las operaciones autónomas en todas nuestras flotas mientras nos tomamos tiempo para examinar nuestros procesos, sistemas y herramientas y reflexionar sobre una mejor manera de operar que reciba la confianza del público”, escribió Cruise a través de Twitter.
Cruise aclaró que la decisión de suspender los servicios sin conductor no está relacionada con ningún incidente en las calles, al tiempo que destacó que las operaciones de vehículos autónomos bajo supervisión humana continuarán, incluso durante la suspensión por tiempo indeterminado dispuesta por California.
El Departamento de Vehículos a General Motor de California no divulgó las razones específicas por las que suspendió la licencia de Cruise, pero tomó la medida después de una serie de incidentes que despertaron inquietud acerca de los peligros e inconvenientes de los robotaxis.
Uno de los incidentes se registró a principio de octubre, cuando un robotaxi Cruise atropelló a un peatón que había sido arrollado por otro vehículo conducido por un humano. La persona quedó atrapada bajo un neumático del vehículo.
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En ese momento, la compañía informó que seguía cooperando con los reguladores que investigan el accidente, y que sus ingenieros están trabajando para que sus robotaxis mejoren su respuesta a este tipo de hechos. Ha realizado pruebas a su servicio en Los Ángeles, Phoenix y Austin.