El término “LatinX” ha ido ganando popularidad entre los hispanos en los Estados Unidos y en particular entre los más jóvenes.
Pero seguro te preguntaras ¿quiénes son los LatinX? Esta generación está llena de activistas, poetas, ilustradores, científicos, políticos, entre otros. Todos tienen características en común, y es que ellos celebran sus raíces latinas, dominan las redes sociales, los medios de comunicación, y hasta las grandes marcas hablan de las aspiraciones y preocupaciones sociales de LatinX. Hay mucho que contar tras una simple palabra.
LatinX ha generado un debate entre quienes defienden la evolución del lenguaje para buscar la neutralidad en materia de género y quienes lo consideran una deformación del español que genera confusión.
La equis aporta neutralidad y su uso permite romper la dualidad de género y ofrece una alternativa a lo masculino o femenino, abriendo un abanico de géneros.
¿Cuándo nació “LatinX”?
El término “LatinX” se comenzó a usar en 2004 de manera reducida, pero en el último año fue adoptado por académicos, escritores y periodistas.
Aunque hasta los momentos no existe una historia oficial sobre quién o cómo se ideó el término. Algunos hablan de que empezó a utilizarse en universidades estadounidenses hace más de una década y otros señalan que su origen tuvo lugar entre grupos feministas y de la comunidad LGBTIQ.
Tampoco existe una única forma de pronunciarlo. “Latinéx”, suena en la boca de algunos, mientras que otros hacen énfasis en el “la”: “látinex”.
¿Quiénes debaten?
Ed Morales, profesor de la Universidad de Columbia (Nueva York) y autor del libro “Latinx: la nueva fuerza en la política y la cultura de Estados Unidos”, explica que “probablemente no tiene un uso generalizado, sino más en la academia y entre activistas”.
Morales advierte que quizá “LatinX” nunca llegue a tener aceptación universal, pero defiende el término como “necesario”, porque captura un momento en el que hay una discusión sobre la identidad de género.
No todos concuerdan con Morales. El director de la Real Academia Española, Darío Villanueva, dijo el año pasado en una entrevista para medios internacionales que “en todas sus comunicaciones oficiales, la RAE ha insistido en el carácter no marcado e inclusivo del género masculino, que hace innecesario recurrir a otras alternativas, desde la perspectiva de la lengua”.
Sea cual sea su origen, hay quienes dicen sentir refugio en la palabra y estas dos protagonistas del movimiento LatinX lo demuestran.
Jack Qu’emi Gutiérrez es una de las principales portavoces del término LatinX. Como freelancer, escribe sobre los derechos de las mujeres, el aborto, la igualdad de género y las experiencias de los no-binarios, con artículos como “Ocho maneras de mostrar respeto hacia el cambio de nombre de alguien”. Da charlas, imparte talleres, paneles virtuales. Mientras asegura que cualquier plataforma sirve para compartir su mensaje.
Bianey García es una activista que ha liderado varias manifestaciones y protestas como parte de la organización Make the Road New York, que apoya a la comunidad latina trabajadora. Ha organizado marchas por los derechos de las mujeres “trans”, ha reclamando el fin de la violencia de género y la discriminación laboral, y ha defendido el acceso a una vivienda digna.
Estudios recientes
La empresa de análisis Nielsen Holdings plc, publicó en agosto de 2018 un estudio llamado Descubrimiento Digital: las vidas online de los consumidores latinos. En el informe la población de los denominados LatinX cobró gran importancia.
El estudio revela tendencias del mercado de consumo digital y explica que la mayoría de los hispanos de hoy nació en la era digital y posee amplios recursos tecnológicos para exponer todo ese potencial cultural que permite destacar sus raíces.
También explica de manera detallada cómo en tiempos de redes sociales la globalización le ha permitido a esta generación LatinX, influir en los cambios demográficos, económicos y en las tendencias del mercado de consumo digital.
El término LatinX parece extenderse cada vez más, sobre todo entre los jóvenes, pero quedará por verse si su uso logra traspasar generaciones.