El gobierno de Estados Unidos anunció en días pasados la suspensión inmediata de la emisión de visas de trabajo para conductores de camiones comerciales, en una medida que ya genera debate político y social.
El Secretario de Estado, Marco Rubio, comunicó la decisión a través de la red social X, argumentando que “el creciente número de extranjeros que conducen grandes camiones por las carreteras estadounidenses pone en peligro la vida de los estadounidenses y perjudica el sustento de los camioneros locales”. Sin embargo, no presentó datos que sustenten estas afirmaciones.
La medida surge tras un accidente en Florida que dejó tres muertos y que involucró a Harjinder Singh, un conductor de origen indio acusado de realizar un giro ilegal en U. Según las autoridades, Singh habría ingresado de manera irregular desde México y reprobó un examen de inglés después del choque. El caso atrajo atención nacional al conocerse que obtuvo su licencia comercial en California, estado gobernado por demócratas y crítico de la política migratoria del presidente Donald Trump.
El Secretario de Transporte, Sean Duffy, calificó el accidente como “una tragedia previsible directamente causada por decisiones imprudentes y agravada por fallos despreciables”.
La decisión de suspender visas refuerza la postura de legisladores republicanos que desde hace tiempo señalan a los camioneros extranjeros como responsables de un aumento en los accidentes viales, aunque hasta ahora no han presentado pruebas de un vínculo directo.
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En administraciones anteriores ya se había discutido el papel del idioma en la seguridad vial. Bajo el gobierno de Barack Obama, en 2016, se recomendó no retirar de las carreteras a conductores únicamente por sus dificultades con el inglés, pese a que la normativa federal exige demostrar competencia básica en ese idioma.