El funeral del pontífice emérito Benedicto XVI, quien murió este sábado a los 95 años, se realizará el próximo 5 de enero en la plaza de San Pedro y será oficiado por el papa Francisco.
El portavoz vaticano, Matteo Bruni, informó la muerte del pontífice alemán, que había renunciado en 2013, con un comunicado: “Con pesar doy a conocer que el Papa emérito Benedicto XVI ha fallecido a las 9:34 horas en el Monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano”, reza la nota que estaba disponible en seis idiomas.
El cuerpo de Benedicto XVI está siendo trasladado a la vecina Basílica de San Pedro. Este mismo sábado comenzarán los preparativos para su funeral: vestirlo con los parámetros de pontífice.
También arribarán los especialistas de la familia romana Signaracci, que desde junio de 1963, cuando falleció de un cáncer al estómago Juan XXIII, se encargaron de embalsamar los cuerpos de los pontífices.

El proceso de momificación se realiza, tras extraer la sangre del cuerpo, con una solución que es una mezcla de formol, agua y productos químicos, además de conservantes, fijadores, germicidas y colorantes similares al color sanguíneo. El embalsamamiento de los pontífices fallecidos es una tradición milenaria en la Iglesia católica.
Cómo parte del funeral, la capilla ardiente de Benedicto XVI tendrá lugar desde este lunes 2 de enero en la basílica de San Pedro del Vaticano y el cuerpo permanecerá para un último adiós de los fieles hasta el 4 de enero.
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Este mismo sábado se estaba decidiendo como serán los solemnes funerales respetando la voluntad de Joseph Ratzinger.
La voluntad de Benedicto XVI fue aceptada. Pidió explícitamente que todas las ceremonias de sus funerales se realizaran bajo el signo de la simplicidad.
“Con pesar doy a conocer que el Papa emérito Benedicto XVI ha fallecido hoy a las 9:34 horas en el Monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano. Apenas sea posible se proporcionará mayor información”. Informa el Director de la oficina de Prensa vaticana pic.twitter.com/BrQ6UciuiL
— Vatican News (@vaticannews_es) December 31, 2022
Tras los funerales, el féretro será llevado a las grutas vaticanas donde se encuentra, 30 metros bajo el pavimento de la Basílica Pontificia del Vaticano, el cementerio de los papas, cercano a la tumba de San Pedro, el primer obispo de Roma.
Dos tumbas y una incógnita
En este lugar debe ser sepultado el Papa Emérito y hay una punta de misterio, puesto que hay dos sepulturas que pueden acoger sus restos. Está el célebre nicho donde sucesivamente estuvieron los cuerpos de Juan XXIII y Juan Pablo II.
Ambos fueron proclamados santos en distintas fechas por el Papa Jorge Bergoglio y sus restos trasladados a tumbas ubicadas en la basílica de San Pedro.

La renuncia de Benedicto XVI en febrero de 2012 creó el problema, y es que no podía haber solo una tumba cuando los papas eran dos. Fue construido entonces un sarcófago que se encuentra cercano.
Al parecer Ratzinger manifestó entre sus últimos deseos la voluntad de ser sepultado en la tumba célebre que albergó a Juan XXIII y a Juan Pablo II, Pero el Papa Francisco ya había expresado en ese mismo lugar.