La violencia en los hospitales no es un asunto novedoso. En 2019, el American Journal of Managed Care la calificó de “epidemia creciente”. Los centros de atención de salud frecuentemente están envueltos en atmósferas de tensión. El reciente homicidio perpetrado por un enfermero del Hospital Universitario Jefferson es una muestra.
Nina Feldman periodista de WHYY News usó una declaración de la doctora Priya Mammen quien labora en el Roxborough Memorial Hospital. El tono de su exposición desvela la enorme presión a la que están sometidos los trabajadores de la salud. “Todos hemos sido empujados hasta nuestro límite, y luego nos han empujado un poco más”, dijo. “Todos podemos soportarlo si se trata de un periodo finito, pero esto ya no lo es”.
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El reportaje de la casa editorial filadelfiana no pretende explicar lo acontecido en Jefferson. La naturaleza periodística apunta a que el Trastorno de Estrés Post-Traumático (TEP) orbita en los nosocomios. Médicos y paramédicos “tienen las habilidades necesarias para ayudar, y es el trabajo para el que firmaron”, escribió Mammen. Sin embargo, estos seres humanos llevan más de 18 meses dentro de un “tormenta perfecta”. Capean olas de coronavirus, una epidemia de sobredosis en aumento y un incremento récord de víctimas de disparos.
Violencia en los hospitales
Las escenas en los hospitales de Filadelfia están distantes de las que se graban para las teleserie. Un detalle importante está en que los recursos humanos están mermados. “Las enfermeras están abandonando la profesión en un número récord”. Además los trabajadores que quedan se les pide que hagan más con menos.

Para la doctora Priya Mammen no es de extrañar que alguien se haya quebrado. Desde luego ella no está explicando las motivaciones del tiroteo en el Hospital Universitario Jefferson. Solo indicó que “la sensación de vulnerabilidad no tiene fin”, dijo. “Cada vez es más difícil de soportar”.
Lo mínimo que los profesionales de la salud esperan de sus empleadores es reciprocidad. La violencia en los hospitales es un asunto cotidiano y de vieja data. Ellos confían en que los sistemas hospitalarios cuiden de ellos. Que les cubran las espaldas tras periodos de intenso trabajo. Sin embargo tiene la sensación de que esto no ocurre.
Hay que estar alertas
Jennifer Taylor es investigadora del Centro de Investigación de Lesiones de Bomberos y Tendencias de Seguridad. Está adscrita a la Escuela de Salud Pública Dornsife de Drexel. Ella declaró a WHYY News que “nadie está realmente preparado para el espectro de la violencia en el trabajo”.
Su centro se ha centrado en la prevención de lesiones de los equipos de primera intervención. Es en su labor donde los riesgos laborales son habituales. Con énfasis entre bomberos y los técnicos de emergencias médicas.
La tendencia a la violencia en los hospitales va en aumento. El fenómeno lo explican los investigadores de la violencia con armas de fuego. Afirman que el hecho de que el tiroteo se produzca dentro de un hospital simplemente refleja la omnipresencia y la ubicuidad de la violencia con armas de fuego.
Más cerca del público
Los trabajadores hospitalarios piden reconocer la violencia en los hospitales como una amenaza real y regular. Y bajo esta convicción crear una política en torno a ella. Según la Occupational Safety and Health Administration el sector sanitario es el que más trabajadores se lesionan. Y los auxiliares de enfermería tienen tasas de lesiones más altas que otras profesiones del área. Taylor dijo que esto se debe en parte al concepto, que se aplica a todas las industrias. “Cuanto más contacto directo con el paciente tiene alguien en su función, más probable es que experimente violencia”.

“Es muy extraño que la medicina se sienta como un campo inestable en este momento”, dijo. “Te pueden despedir o tu hospital puede cerrar. Te pueden amenazar de camino al trabajo. Puedes ir a trabajar y que alguien del hospital tenga una pistola. Es una especie de locura. Es el mundo bizarro. Todo está al revés”.
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El Centro de Investigación de Lesiones de Bomberos y Tendencias de Seguridad ha preparado una lista de comprobación ocupacional. Está desarrollada para los paramédicos. Según la institución puede aplicarse en cualquier tipo de entorno laboral de alto riesgo. Ayuda a que el lugar de trabajo esté mejor preparado para la violencia. Las tareas van desde la creación de políticas estrictas de tolerancia cero a la violencia. Cierra con estrategias de comunicación cuando se produce un incidente. Asimismo pasa por una respuesta eficaz. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades también ofrecen formación a las enfermeras para prevenir la violencia en el lugar de trabajo.