De concretarse el predestinado entendimiento entre el grupo ítalo-estadounidense Fiat Chrysler Automóviles (FCA) con la francesa Renault, la fusión transformaría a la aún hipotética corporación en la más poderosa en términos de producción en el ámbito mundial.
Esta amalgama que es esperada desde hace rato por la industria de los automóviles, permite pronosticar que en las manos de la fusión bullirán para temas de I+D, producción, ensamblaje y comercialización la bicoca de 5 mil millones de dólares.
De acuerdo a informaciones provenientes de los más altos círculos de la industria automotriz, la fusión es un hecho, y en la nueva estructura estarán acompañados además por la alianza con las compañías japonesas Nissan y Mitsubishi.
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FCA ha explicado en un comunicado en el que ha confirmado la propuesta de fusión planteada a la empresa francesa, que el consejo de administración del grupo resultante contaría con once miembros, de los que cuatro serían designados por Renault, otros cuatro por Fiat Chrysler y uno por Nissan.
FCA destaca que “la propuesta crearía uno de los fabricantes de automóviles líderes en el mundo en términos de volumen de negocios, rentabilidad y tecnología”, con unas ventas de más de 15 millones de vehículos al año si se incluyen las de Nissan y Mitsubishi (8,7 millones sin las compañías japonesas).
FCA ha subrayado en su newsletter corporativo que “la sociedad resultante de la fusión sería al 50 % propiedad de los accionistas de FCA y de los de Renault y tendría una estructura de gobernanza de igualdad, con una mayoría de directivos independientes”.
Según los términos de la propuesta, la combinación se llevaría a cabo como una operación de fusión bajo una empresa matriz holandesa y cotizaría en la Bolsa de Valores de Italia (Milán), Euronext (París) y en la Bolsa de Nueva York.
Desde el punto de vista geográfico, sobre la base de las ventas globales de FCA y el grupo Renault de 2018, la compañía resultante de la fusión sería la cuarta en América del Norte, la segunda en la región de Europa, Oriente Medio y África (EMEA) y la primera en América Latina, y tendría más recursos para aumentar su presencia en la región Asia-Pacífico (APAC).