El longevo y excéntrico vicepresidente de Surinam, Ronnie Brunswijk, anhelaba cumplir su sueño de debutar como futbolista profesional y su fantasía por fin se consumó.
Era su primera prueba de fuego y vaya que la cumplió con creces, su nombre quedó inscrito en el libro Guinness de los récords. Ahora es el jugador más viejo en participar en una competencia internacional la Liga Concacaf, el segundo torneo continental más importante de la confederación que agrupa a clubes de Norteamérica, Centroamérica y Caribe.
Para asombro del mundo futbolístico el siniestro personaje de 60 años de edad saltó al césped con el brazalete de capitán del equipo Inter Moengotapoe, del cual es su propietario. Junto con unos chicos que podrían ser sus nietos enfrentó al Olimpia de Honduras.
➡ Ronnie Brunswijk (60 años), vicepresidente de Surinam y dueño del club Inter Moengotapoe, está jugando de titular vs Olimpia en la #ConcacafLeague ⚽️
🙌😎Momento histórico pic.twitter.com/KkLg2BsPNr
— TUDNRadio (@TudnRadio) September 22, 2021
Brunswijk tuvo que ser sustituido a los 51 minutos, mientras las cámaras no dejaban de captar su enorme panza cervecera. Pero su equipo recibió una goleada monumental, perdió 6-0.
Cansado y sin piernas se fue a los banquillos para observar cómo barrían a los suyos. Al concluir la contienda, el caprichoso jugador se dirigió al vestuario de visitantes. Con medio equipo en las duchas entró, sacó un fajo de dólares y lo repartió entre los hondureños.
Tras el partido disputado en Surinam, la Concacaf abrió una averiguación para evitar actos de corrupción. Las agencias internacionales no paran de hablar del panzudo capitán que arrastra un oscuro pasado.
Dato✍🏼:
Ronnie Brunswijk, hoy titular ante Olimpia con 61 años. No podrá jugar la vuelta en Honduras porque está en la lista de Interpol, por eso no puede salir de Surinam… Y eso que es el vicepresidente de ese país😅. pic.twitter.com/byn31EWeQE— Julio César Cruz (@crumar92) September 21, 2021
Prestigiosos medios deportivos de diversos continentes apuntaron que el mofletudo jugador no podrá disputar el partido de vuelta en Honduras porque tiene cuentas pendientes con la justicia internacional. Allí tendría que ser arrestado, pues la Interpol lo busca por narcotráfico. En Europa lo condenaron por introducir al Viejo Continente unas cuantas toneladas de cocaína.
Hace algún tiempo el New York Times le dedicó una página a Ronnie Brunswijk, al que tildó de ladrón, exguerrillero, narcotraficante y dueño de una mina de oro. En Surinam es todo un semental que ha engendrado 50 hijos con mujeres diferentes.
El rollizo centrodelantero nació el 7 de marzo de 1961 en la espesa selva del empobrecido país suramericano. Allí malvivía junto con ocho hermanos dedicados al cultivo de arroz, yuca y plátanos. Si algún día en la choza había carne, era porque los hermanos Brunswijk lograron cazar con machetes a un animal salvaje, al estilo de los neandertales.
Te puede interesar:Philadelphia Union alterna con tres mexicanos en semifinales de la Concacaf 2021
Tras abandonar la adolescencia se cansó de tantas penurias y probó suerte como ladrón de bancos para después enrolarse en la guerrilla. Pero sus acciones llegaron hasta los Países Bajos donde comenzaron a arribar los cargamentos del polvo blanco.
Con el tiempo lo bautizaron como el Robín Hood de Surinam. Repartía dinero, pagaba las facturas médicas y cancelaba los entierros de los necesitados. Su popularidad lo llevó a postularse al cargo de vicepresidente y resultó electo.
Su afición por el fútbol lo condujo a comprar un equipo y construir un estadio al cual le puso su nombre: Brunswuijk Stadium. En la vida lo tenía todo, sólo le faltaba cumplir con su sueño de ser jugador profesional. Y lo logró gracias a su chequera.