En su informe anual sobre tráfico de personas, en el que Cuba, Venezuela y Nicaragua continúan en una lista negra, Estados Unidos exhortó a no pasar por alto la trata de varones y denunció el aumento del trabajo forzado en el mundo.
Durante la presentación del citado informa, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, afirmo que existe una serie de tendencias preocupantes como la continua expansión del trabajo forzado.
“A medida que la pandemia interrumpió las cadenas de suministro en todo el mundo y aumentó la demanda en ciertas industrias se usaron tácticas para aprovecharse de los trabajadores peor pagados y más vulnerables”, aseveró.
Asimismo, el jefe de la diplomacia estadounidense subrayó que el aumento del tráfico laboral en línea constituye una tendencia que también se acentuó durante la pandemia. “Los traficantes aprovecharon el desempleo generalizado para reclutar víctimas con ofertas de trabajo falsas y luego las obligaron a realizar estafas internacionales”, explicó.
Blinken también destacó “los riesgos que enfrenta un segmento de víctimas de trata que a menudo se pasa por alto: niños (varones) y hombres jóvenes”.
Según un informe reciente de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, entre 2004 y 2020 “el porcentaje de niños identificados como víctimas de la trata de personas se multiplicó por cinco”, afirmó el alto funcionario.
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Dijo además que durante años ha habido la creencia generalizada, pero incorrecta, de que la trata afecta exclusivamente a las víctimas mujeres y esto ha tenido “consecuencias, francamente, devastadoras y tangibles”, con muy poca ayuda para los varones.
Insistió en que, en realidad cualquier persona, independientemente de su sexo o identidad de género, puede ser víctima de los traficantes, “de modo que hay que desarrollar recursos para todas las poblaciones”.
El informe abarca 188 países, incluido Estados Unidos, y los divide en tres niveles en función del grado de cumplimiento de los estándares mínimos. Los países que conforman la lista negra “nivel 3” pueden estar sujetos a restricciones en el acceso a programas de ayuda extranjera de Estados Unidos.
Washington mantiene en esa lista a Venezuela, Nicaragua y Cuba, con cuyos gobiernos mantiene una relación tensa. También figuran, entre otros, China, Irán, Corea del Norte, Rusia, Afganistán y Siria.