Mediante un twitter, el presidente Donald Trump, ofreció una razón contundente para iniciar el retiro de las tropas norteamericanas que por cuatro años se han asentado en territorio sirio en una fase más de la guerra contra el terrorismo. En él, el mandatario asegura el triunfo sobre el temible Estado Islámico, principal razón, según sus palabras, para justificar la presencia militar de los Estados Unidos en ese país.
Y aunque esta iniciativa podría leerse como una señal optimista para el logro de una paz sustentable en la región, otros puntos de vista señalan con preocupación consecuencias no tan felices de tan importante decisión.
El principal escollo que salta a la vista lo constituye la delicada relación de los Estados Unidos con sus aliados kurdos. En efecto, una significativa estrategia de disuasión por parte del Pentágono, intenta convencer al presidente Trump de los riesgos que implica este retiro masivo y radical. Abandonar el apoyo a estas fuerzas aliadas, los colocaría en una situación de gran vulnerabilidad frente a una posible ofensiva militar proveniente de Turquía. Como es bien sabido, los kurdos sirios son considerados como una real amenaza a la estabilidad del país, debido a sus vínculos con los grupos armados que luchan por su autonomía en Turquía. La negativa apreciación del presidente Erdogan sobre los vínculos del Pentágono con estas tropas rebeldes, podrían servir de trampolín para una fuerte ofensiva militar en el lugar. Un retiro de tropas norteamericanas sería una puerta abierta para sus propósitos. Para empeorar las cosas, este anuncio del presidente Trump se emite luego que Turquía a su vez, anunciara una operación de envergadura contra esta milicia kurda apoyada por los Estados Unidos.
A pesar de la impresión de retiro total de tropas que señala el esperanzador tweet del presidente Trump, no se espera que tal retiro sea de manera tan total como aparenta ser. El enviado presidencial especial Brett McGurk, para la coalición global contra el Estado Islámico, declaró que no convenía ser tan ingenuos como para creer que los terroristas islámicos iban a desaparecer de manera absoluta, de la noche a la mañana, y que debido a eso, existía la intención de anclar cierta presencia en el territorio, para de esta forma garantizar la estabilidad de la región. ¿Constituye esto una señal de contradicciones en la Casa Blanca en cuanto a su política exterior? Sólo el tiempo lo dirá.
Pero no solamente el peligro vendría de allí, ciertas voces creen que el retiro de estos 2000 soldados, podría generar desconfianza en otras regiones, como Afganistán, donde otras fuerzas aliadas dependen igualmente del apoyo de Washington. A esto se le suma, el temor de dejar la región expuesta a la influencia de acciones militares coordinadas desde Rusia o Iran, que colocaría a dichas estrategias, en franca oposición a la política que intenta frenar la influencia de estos países en territorios tan significativos para los intereses de los Estados Unidos.
Por: José Espinoza